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Jueves 14/11/2024
 
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España

Los rebeldes, a punto de perder la batalla por el control de Zauiya

Los milicianos opuestos al régimen de Muamar al Gafafi se encuentran cercados en la plaza de los Mártires de Zauiya.

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 Los milicianos opuestos al régimen de Muamar al Gafafi se encuentran cercados en la plaza de los Mártires de Zauiya, a 92 kilómetros al suroeste de la capital, donde los carros de combate de las brigadas gadafistas tratan de alcanzar sus últimos objetivos.

Según las informaciones de los residentes contactados telefónicamente por las cadenas de televisión por satélite árabes, se suceden los llamamientos a todos los hombres armados de la ciudad para que acudan en defensa del último reducto de resistencia, donde ya escasean las municiones.

Los francotiradores de las brigadas gadafistas han tomado posiciones en todos los edificios con altura y dominan con el apoyo de los carros de combate y fuego de artillería toda la localidad, donde, según dijo a Al Yazira el activista Abdel Fajah al Zaui, "sólo hay muertos, los heridos son ejecutados en las calles por las brigadas de Jamis" Gadafi.

Jamis es el hijo menor de los siete varones de Muamar al Gadafi y controla una de las fuerzas especiales del régimen que tienen como objetivo eliminar la resistencia en las proximidades de Trípoli.

Al Zaui aseguró, por su parte, que dos carros de combate habían sido destruidos por los milicianos en la misma plaza de los Mártires tras el comienzo de la ofensiva esta madrugada, que los rebeldes han intentado detener con sus morteros.

En los duros combates, en los que ayer los defensores de Zauiya perdieron a su comandante, el coronel Hassan Uarbuq, lograron hacerse con algunos prisioneros entre los brigadistas atacantes, aunque los heridos no pudieron ser evacuados en las ambulancias por el hostigamiento de los francotiradores.

Según su testimonio, dos centenares de fieles desarmados permanecen encerrados en una mezquita que se niegan a abandonar mientras la megafonía lanza llamamientos a la lucha final.

Tras la ofensiva rebelde ayer sobre la localidad portuaria y petrolera de Ras Lanuf (al este de Trípoli), aparentemente exitosa, las fuerzas leales al régimen han retomado hoy la iniciativa para recuperar uno de los últimos enclaves petroleros en manos de Gadafi en las costas libias.

Ayer, las partidas de milicianos lanzados desde Briga y Ajdabiya reclamaron el control de este puerto, donde sus dos aeródromos pueden ser decisivos para el resultado final del enfrentamiento.

La aviación leal a Gadafi, según Al Yazira, bombardeó hoy de nuevo las posiciones alcanzadas por los rebeldes y ha recuperado así la iniciativa en los combates.

Durante la jornada de enfrentamientos de la víspera, los testimonios recabados por la prensa y algunas cadenas de televisión por satélite árabes dieron cuenta del empleo por ambas partes de fuego de mortero, baterías antiaéreas, lanzacohetes antiblindados y RPG's, aunque hoy los gadafistas han añadido artillería y carros blindados a su arsenal en Zauiya.

Las cifras de bajas aportadas por los diferentes recuentos alcanzan las decenas, sin que existan datos verificados de manera independiente por la prensa y tan solo datos parciales y fragmentados en ambos escenarios.

El Gobierno libio primero dijo ayer, a través de la televisión estatal, que tenía en su poder Zauiya, para matizar posteriormente que quedaban "bolsas de resistencia".

Los choques con cifras de mayor número de bajas, entre civiles y combatientes, han ocurrido en Zauiya, la ciudad mas próxima a Trípoli y donde los opositores al régimen de Gadafi habían logrado mantener una cierta posición para enfrentarse a las fuerzas leales al coronel libio.

El ataque a un polvorín cercano a Bengasi sorprendió al anochecer a los rebeldes con un bombardeo en su principal bastión en una base militar situada a 30 kilómetros de esa ciudad y donde murieron al menos 32 personas y decenas más resultaron heridos, según recuentos provisionales de fuentes médicas.

Uno de los testigos, Ali Uryani, dijo a Efe que vio cómo hacia las 19.10 hora local (17.10 GMT) caía en el polvorín un primer misil que causó una llamarada que se elevó a 40 metros, mientras otro segundo proyectil impactó en el mismo cuartel cuatro minutos después.

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