Los esfuerzos por controlar los seis reactores de Fukushima dieron ayer un paso adelante al concluir con éxito las operaciones para conectar todos ellos a fuentes externas de energía.
Aunque los cables ya están tendidos, reactivar el suministro eléctrico puede llevar uno o varios días, puesto que antes hay que revisar el estado de todos los instrumentos y motores para evitar un cortocircuito que complicaría aún más las labores de los operarios.
Éstos trabajan en situaciones extremas, rodeados de elevados niveles de radiactividad, a menudo a ciegas y en un panorama de tres unidades (la 1, la 2 y la 3) destruidas por explosiones de hidrógeno y una cuarta (la 4) a causa de un incendio.
La electricidad en los reactores 1 y 2 podría reactivarse hoy y la de las unidades 3 y 4 un día después.
Empleados de Tokyo Electric Power (Tepco), la operadora de la central, junto con militares y equipos de bomberos desplazados desde Tokio y Osaka se esfuerzan desde hace once días por evitar que la temperatura del combustible nuclear se dispare.
Camiones de bomberos retomaron ayer el vertido de agua en el reactor número 3 al tiempo que un vehículo especial utilizado normalmente para bombear cemento se centró en la unidad 4, donde preocupa la piscina de almacenamiento.
Mientras se trata de controlar la planta nuclear, las autoridades vigilan los niveles de radiación en la zona, donde un radio de 20 kilómetros alrededor de la central ha sido evacuado.
La inquietud por el alcance de la contaminación aumentó al confirmarse ayer que las zonas marinas próximas a la central nuclear también muestran niveles de radiactividad por encima de lo normal.