—¿Se espera que esta campaña vaya a ser diferente?
—Yo creo que va a haber una gran diferencia, porque el problema que tenemos todos los ayuntamientos es la economía. En los últimos años se ha vivido, de alguna forma, en un despilfarro continuo, se ha gastado mucho más de lo que se ha recaudado, y ahora, cuando ha llegado esta crisis a nivel nacional, se manifiesta el desastre que ha habido en los ayuntamientos. Y si me refiero a San Roque, siempre digo que no tendría que tener la crisis que tiene. Como estamos hablando de un problema nacional, va a parecer más que son unas elecciones nacionales o autonómicas que unas municipales, porque el problema está en la cúpula del Gobierno y en la cúpula de las autonomías. Por eso los ayuntamientos, el problema fundamental que tienen viene derivado también de esos dos entes. Por tanto, en la campaña no creo que se puedan hacer grandes promesas, porque no ha hay posibilidades de hacerlo, y se tiene que dedicar a dar una solución para equilibrar y que el Ayuntamiento de San Roque sea sostenible, que no se pierdan puestos de trabajo, que se pueda pagar a los proveedores y que los funcionarios y trabajadores de la Administración tengan una cierta seguridad.
—Por lo tanto, ¿la campaña va a estar marcada por la crisis?
—Cuando yo asumí el Ayuntamiento en 2009, se hizo por primera vez un balance de la situación económica en que se encontraba el Ayuntamiento, y a partir de ahí marcamos nuestros objetivos. Yo podía haber sido más político y dedicarme a vender humo o asumir la responsabilidad como alcalde de llegar a garantizar los servicios del Ayuntamiento y rebajar la tendencia de la subida del gasto corriente. Lo hemos conseguido en 2009, ya que paralizamos la bola de deuda. En 2010, que ya mismo tendremos las cuentas, hemos rebajado la deuda alrededor de ocho millones de euros. Y hemos asumido a mucho personal que estaba contratado por empresas privadas que, al dejar el contrato del Ayuntamiento. Ese es el trabajo más importante que estamos haciendo. El Gobierno futuro de San Roque tiene que continuar en ese camino. No tiene sentido endeudar más el Ayuntamiento, porque llegará el momento que no podremos afrontar las obligaciones del día a día.
—¿Cree que el PP estará en el futuro Gobierno de San Roque?
—Yo estoy convencido de que vamos a estar. Siempre hemos ganado las elecciones. Pero los pactos, los números y las matemáticas es lo que hacen que después gobiernen unos u otros. Lo que yo no estoy dispuesto es a dar un plato de lenteja más para hacer Gobierno. El futuro Gobierno de San Roque tiene que ser muy serio, que sepa cómo solucionar los problemas de los ciudadanos, no puede pedir más impuestos a los ciudadanos, y vivir con lo que hay. No hay posibilidad de otros ingresos, a no ser que haya un cambio de Gobierno a nivel autonómico o nacional y sea consciente de la necesidad de ayudar a los ayuntamientos. Yo tengo un sueño, que es que gobernemos en San Roque, en Cádiz, en Andalucía y en España, y sería la primera vez en la historia que San Roque tenga el mismo color político que todo el Gobierno. Y en la Mancomunidad. Eso lo tengo casi seguro que la va a gobernar el Partido Popular. Y eso sería para San Roque algo fantástico, porque podríamos demostrar otra forma de gobernar, y el Campo de Gibraltar en general, que siempre hemos sigo el patito feo, podríamos cambiarlo y ser el patito bonito, porque se merece tener una consideración que hasta ahora no se ha tenido.
—¿Sería, en ese caso, presidente de la Mancomunidad?
—Hay comentarios de muchas clases. Yo sólo sé que nosotros hemos ayudado mucho a la Mancomunidad este año. Yo me puedo sentir muy orgulloso de que la empresa Arcgisa se puede convertir en una de las empresas municipales mejores de Andalucía. La comarca es muy fuerte, muy potente y con muchos recursos. La empresa Campo de Gibraltar, hasta ahora, no se ha gestionado bien, y se puede corregir y ser una gran comarca dentro de Andalucía, a sabiendas de que tenemos uno de los mejores parques industriales de toda España, un puerto de los más importantes de España, fronteriza con Gibraltar y con África, y conseguir que tengamos a nivel nacional una mejor consideración, porque prestamos unos servicios extraordinarios que otras comarcas no tienen que prestarlo. Y eso, con el PP a nivel nacional, va a ser posible. Y, además, no quiero olvidar que estamos condenados a entendernos. Yo quiero llevarme muy bien con Gibraltar y que Gibraltar se lleve muy bien con nosotros.
—¿Descartaría en el próximo mandato un Gobierno de tan multicolor como el último?
—Yo no tengo otro color a lo que ha habido hasta ahora en San Roque. Es verdad que al principio sí fue algo especial ofrecer a todos los grupos políticos que se integraran en el Ayuntamiento de San Roque en ese momento, porque entendía que la única solución era llegar a un pacto de Estado y todos juntos solucionar los problemas de San Roque. Yo he sido, por primera vez en la historia, alcalde porque la ley así lo quiso. Yo no pacté con nadie, sino abrí las puertas a todo aquello. Luego ya, en el día a día, cuando se defienden más los intereses partidistas que los del Ayuntamiento, eso no es compatible para poder solucionar los problemas de San Roque. Por eso se divide parte de ese Gobierno. Hasta ahora el Gobierno de San Roque casi siempre ha sido con tres partidos. Siempre ha gobernado PSOE, USR e IU, o PSOE, PA e IU. Por lo tanto, no es una excepción a nosotros. Y las matemáticas obligan a tener once. Y si uno sólo tiene once, que es lo que espero tener en el futuro, no necesitaré otro color. Pero si necesito apoyos de otros partidos que coincidan con la filosofía y la política del PP, con el consenso oportuno, formaremos Gobierno.
—¿Cuáles son las propuestas electorales del PP?
—Primero la sostenibilidad económica, que tiene que ser el pilar fundamental. De eso depende todo: la creación de puestos de trabajo, que tengamos una buena delegación de asuntos sociales para ayudar a gente que necesita más que nunca de nuestra ayuda, que podamos crear vivienda, rebajar los impuestos, que tengamos unos buenos servicios… La segunda prioridad es crear el ambiente para que las empresas se ubiquen en San Roque. También tenemos que conseguir que tengamos un magnífico hospital, también privado, el centro de salud de San Enrique, que es fundamental. E independientemente del sol y playa, la imagen de zona turística residencial de calidad que es compatible con la industria, porque la distancia hace que estos dos pilares de riqueza sean compatibles.
—¿Y cómo cree posible conseguir reducir el gasto municipal?
—Yo creo que vamos a demostrar en los próximos días la rebaja que hemos hecho de la deuda de 2010 en ocho millones. Parar la deuda ya es un éxito, pero rebajarla lo es más. Y este año vamos a conseguir mucho más, porque como hemos asumido a personas de las empresas privadas, el beneficio empresarial de esas empresas se quedará en el Ayuntamiento. Ya con eso, rebajamos el coste laboral de las empresas privadas en casi un 30%. Y ahora lo que hay es que reestructurar una vez más el Ayuntamiento, para que sea más productivo, que las personas que se jubilen se amorticen esas plazas, y con el personal, a mi parecer suficiente, del Ayuntamiento, tenemos que seguir viviendo. En los próximos años no nos vamos a permitir ampliar la plantilla. En 2011 preveemos ya veinte millones menos de gasto que en los años anteriores. Hemos bajado de 63 millones a 37 millones en coste del Ayuntamiento. Es decir, la mitad de lo que se gastaba antes. Y, por lo tanto, ese tiene que ser el camino a seguir en los próximos tres años, para que podamos continuar al nivel de 2003.
—San Roque no ha vivido el via crucis de otras poblaciones vecinas con el impago de las nóminas...
—Para mí ha sido el 80% de mi tiempo preocuparme de gestionar y buscar la financiación de pagar mes a mes las nóminas. Pero tampoco quiero olvidar los meses de verano del año pasado, hasta octubre, que prácticamente todos los días, injustamente, teníamos en la puerta del Ayuntamiento tambores y trompetas de algunos sindicalistas que, aprovechando la ocasión, como no tienen otra cosa que hacer, algunos aficionados al tambor y la trompeta tuvieron el placer de estar todos los días delante del Ayuntamiento tocando… la trompeta.
—¿Está satisfecho con el resultado de la comisión de la Caja B?
—La Caja B ha sido un debate político en los últimos años, cuando se decía que se utilizaba dinero de la Caja B. No era otra cosa que los ingresos de la Policía Local, que cobraba multas, y que el dinero se quedaba en la Policía hasta que se ingresase en la caja del Ayuntamiento. En ese espacio de tiempo, la Policía Local tenía algunas necesidades, se cogía de ese dinero, se metía la factura en esa caja, y luego se entregaba. Eso es una irregularidad. Yo no sabía ni siquiera que había una Caja B. Pero ahí se creó ese morbo. Se llevó al juzgado, y al final, cuando se crea esa comisión, se vieron cosas más graves. Que era que algunas políticos que gobernaban entonces con el PSOE se dedicaban no a coger dinero de la caja, sino a quitar las multas y a no pagar la grúa. Eso sí es un presunto delito, ya que podríamos hablar de prevaricación. En el debate del Pleno de ese día, cuando se ven los resultados de la comisión, se decide que se mande el expediente al fiscal para que vea si hay un presunto delito. Posiblemente llegue el día en que la Justicia diga que ha habido un presunto delito de prevaricación. No me parece justo que algunos amigos y familiares de algunos políticos hayan tenido el beneficio de no pagar una sanción que debería haber pagado.