—¿Cómo afronta la última semana de cara a las elecciones?
—La verdad es que está siendo una campaña muy interesante, porque estamos descubriendo esa minoría silenciosa de damnificados y perjudicados por el desastre que está suponiendo el PSOE en España, en Andalucía y en todos los sitios. Estamos visualizando cómo hay toda una marea de gente tanto en La Línea como en el Campo de Gibraltar que van a darle la confianza al partido que hizo que los españoles vivieran la mejor época de toda nuestra historia reciente, que fue durante esos años en los que gobernó el PP. Yo creo que la gente va a decidir no ir con el paso cambiado y va a poder tomar esa oportunidad. El PP le demostró a los españoles que se podía confiar en levantar España en 1993. España conseguimos que fuera el primer país donde se creaba empleo en Europa. Había menos de dos millones de parados en aquel momento. Aquí en La Línea había en 1994 unos 4.000 parados, que era prácticamente pleno empleo, porque esas son las cifras que se manejan para ello, y ahora tenemos 11.000 parados, casi tres veces más, un 300% y tenemos en España cinco millones de parados. Un auténtico drama. Familias que han perdido sus casas, familias enteras sin miembros que estén trabajando. Esa es la realidad. Y yo espero que la gente aproveche esa oportunidad.
—¿Cómo ve el sentir de la calle?
—Muy positivo. La gente está muy cansada, muy harta y muy decepcionada del PSOE y de Zapatero. Es que es un drama lo que se está viviendo. Tantos autónomos en paro que han perdido sus empresas, arruinados. Administraciones como la local, que somos el último escalafón de la Administración, que estamos a los pies de los caballos, porque los ciudadanos van a buscar a sus alcaldes. Y los alcaldes no tenemos instrumentos ninguno, ni financiación.
—No hay duda de que el problema económico municipal emborrona la campaña en La Línea...
—El PSOE se ha tirado durante muchísimo años intentando desprestigiar el nombre de La Línea. Intentando que todos los proyectos que se pudieran llevar a cabo descalabraran, como por ejemplo el proyecto del estadio municipal. Pero es una cosa realmente impresionante, que el PSOE no apoye nada que es bueno para La Línea. Se han opuesto a lo de los Noruegos, a lo del estadio municipal, a una plaza de toros nueva, a un mercado nuevo que, ahora, cuando ya se empezó después de todos los problemas que nos pusieron, ya embarrados en la crisis, te encuentras con que ya no hay empresas que se dediquen a invertir en construcción. O sea, es que el PSOE de La Línea, cuyo responsable de facto y manda de verdad es el señor Nono Marmolejos, que es el que manda de verdad, como un padrino, en el PSOE de La Línea desde hace muchos años, se ha dedicado a destruir todo lo que había en La Línea. Todo. Claro, que este hombre vive en la barriada obrera de Sotogrande. Una barriada obrera, que habría que preguntarse cómo este hombre llega a vivir en Sotogrande, siendo consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sabiendo todo el mundo dónde vivía Nono Marmolejos aquí en La Línea hace algunos años.
—Usted se ha enfrentado directamente con los sindicatos por el problema de las nóminas...
—Yo estoy del lado siempre de las personas que no han podido cobrar a primeros de mes. Y eso ha sido, entre otras cosas, fruto del decreto del señor Zapatero contra los ayuntamientos, en los que nos ha obligado a pagar primero a los bancos, antes que a los trabajadores. Yo he tenido que amortizar 9 millones de euros a primeros de este año. Y gracias a Dios que he logrado encarrilar otra vez la situación. Y, en ese sentido, en los últimos tiempos, he encontrado la altura de miras de los sindicatos. En los últimos tiempos, se inicia una vía de diálogo institucional, y yo creo que ese es el camino que debemos seguir todos.
—Usted llega a las elecciones con casi todo pagado...
—Esta usted siendo testigo en esta entrevista de cómo se está afrontando con normalidad el pago de las nóminas.
—¿Eso le da alas de cara a las elecciones?
—Yo llevo poco más de un año que he pagado y voy a llegar, si Dios quiere, normalizando la situación de las nóminas. Y eso es muchas horas de trabajo. Y gracias a Dios. Ahora lo importante es seguir avanzando y seguir racionalizando la situación.
—¿Cómo?
—Empecé con dos millones de euros en mi primera nómina. Después de una serie de meses, la nómina ya es de 1.350.000 euros. Yo le estoy ahorrando a todos los linenses mensualmente ya más de 600.000 euros. Y seguimos a la baja. La tendencia, con todas las medidas que hemos ido tomando, es que se vaya racionalizando y normalizando cada vez más la situación. Eso es lo que a estas alturas, y gracias a Dios, puedo decir.
—¿Tiene contemplado aplicar más medidas?
—Las medidas tienen que ser siempre de consenso para ir racionalizando y haciendo viable el Ayuntamiento, como lo estoy haciendo.
—¿Cuáles son las propuestas electorales del PP?
—Yo vengo trabajando en un proyectazo impresionante que ya está aprobado en Pleno. Urbanísticamente ya está con todos sus perejiles, que es el proyecto de la Ermita de los Noruegos, que fue presentado hace unos días aquí. Es un proyecto de muchísimo dinero. Hay una confianza importante de los inversores noruegos en La Línea y en el Ayuntamiento. Yo agradezco esa confianza, sobre todo en estos tiempos, en los que es muy difícil que un grupo de inversores confíen en España, por la situación de desconfianza que ha generado el Gobierno del PSOE. Y, sin embargo, en La Línea confían. Y, ¿por qué confían?. Pues por lo que les dije el primer día que les vi. Que nosotros somos previsibles, y esta administración es transparente, previsible, cuyo único eje es el imperio de la ley, y el único interés es el interés público. Y estos señores apostaron. Y han apostado por La Línea. Y esto es una realidad que va a cambiar la fisonomía, no sólo económica de la ciudad, sino el propio concepto de la ciudad, porque nosotros concebimos una ciudad de servicio para los mayores. Esto va a aprovechar y va a dinamizar los once kilómetros de costa que tenemos ahora mismo en un proyecto que será para los mayores, en un concepto que es from home to home, es decir, que la gente del norte de Europa se sienta como en casa, y eso es muy importante. Y, además, ya algo que es sagrado, que es los 300 días de media que tenemos de sol al año. Y eso tenemos que aprovecharlo. Con un litoral precioso. Somos esa parte de la Costa del Sol que realmente ha estado todavía sin utilizar y sin aprovechar. Y eso, humildemente, es lo que estamos haciendo. Así que yo, la verdad, es que me siento muy orgulloso de que esto esté funcionando. Luego, el proyecto del estadio municipal va a revitalizar todo el deporte tanto relacionado con la Balompédica como el deporte base, y eso es con iniciativa privada de apoyo al deporte base. Eso es una realidad boicoteada permanentemente por el PSOE, permanentemente, como boicoteó nuestra economía de escala con la Mancomunidad con el tema del agua y de la basura, que es dramático que se opongan a mancomunar la basura y el agua, como se han opuesto. Y es que el PSOE de La Línea va por un lado. Esta gente son como un grupo de Kandahar, que es en lo que han pretendido convertir a La Línea, en una aldea de Kandahar. Y yo eso no se lo voy a permitir. Y gracias a Dios, con un Gobierno del PP en Madrid, en Sevilla, en la Diputación y en la Mancomunidad, La Línea va a coger una velocidad de crucero y yo creo que van a coger todos los linenses ese tren.
—Y con esos gobiernos, ¿recuperaría la Carta Económica Especial?
—Pues mire usted. La Carta Económica Especial se dio con un Gobierno del PP, en 1997. Fue a finales de 2003, con un Gobierno del PP, cuando el señor Cristóbal Montoro, para poder acceder a una legalidad de ese instrumento con la nueva ley de financiación de los entes locales, crea una comisión para que pudiera ser legal ese estatus especial económico. Pues se reunió una vez, antes de 2004. Posteriormente, no se ha vuelto a reunir. Siete años para haberla puesto otra vez. Claro que el PSOE se ha dedicado durante estos siete años a buscarle la ruina a España. Claro, no les ha dado tiempo a poner la Carta Económica Especial para La Línea.
—¿Se sigue contemplando su necesidad?
—Se le debe a La Línea 30 millones de euros. Y el Gobierno de Zapatero no se ha retratado con La Línea. Por eso mi conflicto directo con el Gobierno del PSOE en Madrid. Han abandonado La Línea. La época en la que mayor número de escuelas taller y talleres de empleo hubo en La Línea fue el periodo que coincidió el PP de La Línea con el PP en Madrid. Es pura estadística. Pero es un dato. Mira ahora. Nada, a cuentagotas las escuelas taller. No les duelen los 11.000 parados que hay en La Línea. Indolencia. El PSOE de La Línea y de Madrid han demostrado indolencia con los linenses.
—El problema está en la falta de recursos propios, ¿no?
—Históricamente hemos sido la cenicienta. Y yo estoy dispuesto, de verdad, a sacar todas mis garras, como un gato panza arriba, para que dejemos de ser la cenicienta. Durante treinta y tantos años, aquí se les obligaba a esos trabajadores españoles a un cambio de libra que era una auténtica estafa. 243 millones de euros. Todas las divisas durante un montón de años que entraban, entraban por los trabajadores españoles. ¿Y quién se ha retratado con ellos? El tema del acuerdo de los pensionistas, quiero recordar que hicimos ahí un auténtico regalo al Reino Unido, porque sólo se les pagó a los que estaban vivos, y a los herederos les tuvimos que pagar los linenses, y todos los andaluces a través de la Junta de Andalucía. Se le dio un regalo al Reino Unido. Ahí sabe el Gobierno de nuestro país que me tiene muy firme y con una gran determinación. Como, por ejemplo, el tema del aeropuerto. Ya saben en Madrid, que mientras yo sea alcalde, La Línea ha dejado de dar las cosas gratis. Y ahí se he hablado con AENA una serie de cantidades y una serie de cosas, y AENA tendrá que decir qué opina. Porque el que firma el acuerdo no es el alcalde de La Línea, es el señor Moratinos, sin contar con los linenses, a ver qué opinábamos. Vamos. No os preocupéis que aquí esto lo paga el pueblo de La Línea. Pero, ¿esto qué es?. Todo eso, conmigo se ha terminado. Y creo que España entera sabe que eso se ha terminado.