“Tenemos el derecho de considerar esta fecha como un día clave para el restablecimiento de nuestra soberanía y el comienzo de la recuperación de cada pulgada de nuestro suelo”, afirmó en uno de los actos oficiales el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. Maliki participó en la entrega del antiguo palacio presidencial de Sadam Husein, que ocupaban los militares estadounidenses, y estuvo representado por su ministro de Defensa, Abdel Qader al Obeidi, en el acto de traspaso de la seguridad de la Zona Verde.
Estas ceremonias, insistió Maliki, representan “un mensaje a todos los iraquíes de que su soberanía ha sido restablecida”.
Tal fue la importancia histórica que le dio Maliki a los actos de ayer que anunció que pedirá al Gobierno y al Consejo Presidencial que esta fecha sea considerada como un Día Nacional, para celebrarla todos los años.
La Zona Verde de Bagdad incluye las sedes del Gobierno y del Parlamento, así como muchas embajadas. Para acceder a ella se necesitan pases especiales que hasta ahora entregaban las fuerzas estadounidenses, una función que pasa ahora a manos de Irak.
Su extensión es de cerca de 10 kilómetros cuadrados y se encuentra en la ribera occidental del río Tigris. Habitan cerca de 10.000 iraquíes, que al igual que el resto de la población han sido víctimas de numerosos cohetes lanzados por grupos insurgentes.