El ecuador de los sanfermines ha coincidido con el fin de semana y la capital navarra ha recibido miles de visitantes dispuestos a apurar en dos días unas fiestas que duran nueve.
Las calles del casco viejo abarrotadas hicieron de esta pasada noche la más complicada y en la que el dispositivo de asistencia vió sensiblemente incrementado su trabajo.
Más de cien personas fueron atendidas en las últimas horas por la DYA y la Cruz Roja, la mitad de ellas con algún tipo de intoxicación, en su mayoría etílicas.
Y así ayer se cumplieron las previsiones y el cuarto encierro de los Sanfermines registró una presencia masiva de corredores, lo que no impidió que la ganadería de Miura protagonizara la carrera más rápida de las fiestas, menos de dos minutos y medio, sin dejar heridos por asta.
Los hoteles de hecho casi llenos en estos primeros días de Sanfermines a partir de ayer se quedan al 60 por ciento, las zonas verdes lucirán ya sin las pequeñas tiendas de campaña que algunos han montado en ellas y las grandes furgonetas en las que otros muchos se han alojado habrán dejado las plazas libres.
Pero la fiesta continúa porque son muchas las horas que aún le quedan a pesar de que el cansancio ya se hace notar y las posibilidades de disfrutarlas llegan a todos los públicos, desde los aficionados al deporte rural, que ayer pudieron presenciar un campeonato de aizkolaris, hasta los amantes del rock and roll, para quienes se programó una actuación de Txarrena durante la cual el grupo de Enrique Villareal, El drogas, grabó un DVD.
El musical creado por Nacho Cano Hoy no me puedo levantar; la función teatral Tócala otra vez, Sam, con Luis Merlo y María Barranco; la compañía zaragozana Artea con su espectáculo de pólvora, fuego y malabares Piratas de la isla de Malpica o las actuaciones de Grupo Musicalité y McCoy Tyner, ganador de cuatro premios Grammy, con Gary Bartz son otras propuestas del programa oficial.
En él además ayer se quiso hacer un hueco especial para el Struendo de Iruña, a cuyos fundadores el alcalde ofreció una recepción después de que desde hace 50 años una de los noches de San Fermín inunden con el sonido de sus bombos las calles de Pamplona.
Los mismos años que lleva visitando la capital navarra en julio sin faltar ni uno el galés Noel Chandler, experto corredor también de encierros y a quien sus amigos de Pamplona le rindieron un homenaje por la efemérides, John Patrick Hemingway, nieto del Premio Nobel de Literatura, recibió el suyo como “guiri del año”, un reconocimiento de la firma Kukuxumusu.