Cuando salgo del manicomio a dar una vuelta por La Isla y observo esas mesas a tope de gente bebiendo y comiendo a todo trapo, me entra un fuerte cosquilleo por el estómago al ver a esas criaturas que están dedicadas a la hostelería. Pienso (con mis pocas células grises) que, aunque se están ganando la vida con su trabajo, sin embargo la están perdiendo en cada mesa con una paciencia infinita y un trabajo agotador. Los llevo en el corazón y les pongo la nota de un 10 a esos camareros serviciales que, teniendo sus problemas en casa como todo el mundo, te regalan una sonrisa que no tiene precio.
Por eso, hoy, que me he tomado todas las pastillas y me encuentro algo centrado, quiero dedicarle estas líneas a ASIHTUR (Asociación Isleña de Hostelería y Turismo). Y se las dedico por partida doble: porque han organizado su III Cena de Convivencia de la Hostelería Isleña, hoy lunes, en Celebraciones Yeyo, y también porque han acordado dedicársela a Manolo, del bar Los Gallegos, a La Isla, ciudad flamenca, a Conrado Rodríguez y a la Cofradía Gastronómica Isleña Los Esteros, a la cual pertenece este loco. Nuestra Cofradía le está agradecida por este bonito detalle y no quiere cometer el grave pecado de no estarlo. De hecho, ya mi compadre, el Quijote, decía: Entre los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento. Por tanto, como la cosa no está para pecar y el infierno está a la vuelta de la esquina, aquí queda nuestro agradecimiento en la parte que nos corresponde.
Me han dicho que esta cena está pensada para gente convencida de que lo mejor para todos y para La Isla es remar en la misma dirección, única manera de avanzar. Pero es verdad que de vez en cuando no viene mal pararse y darle unas palmaditas en la espalda a gente que está ahí al pie del cañón y que sigue luchando por hacer de La Isla una ciudad más grande, más próspera y más divertida. Desde que se fundó hace ya diez años, ASIHTUR ha conseguido engrandecer el gremio de la hostelería luchando por conseguir un buen nivel organizando actividades incontables, diversas rutas… Ha tenido buenos presidentes: Lolo Picardo, de la Venta de Vargas, Nacho, de los Tarantos, Antonio Páez, de Pizzería Nonetto, y actualmente la dirige Juan, de Casa Miguel. Si me olvido de alguno, que alguien me mande una nota al manicomio y rectificaré.
Y por si faltara poco, la cena, pagada religiosamente por cada uno de los que se van a sentar en las mesas, la ha organizado a beneficio de AFA VITAE (así, en latín, sin anestesia, y luego dicen que el latín es una lengua muerta), que es la entidad que se dedica ya hace más de 20 años a darle vida a los enfermos de Alzheimer. No explicaré lo que es el Alzheimer, pero es algo parecido a la locura que yo tengo, aunque a lo bruto. Y nunca digas de esta agua no beberé, porque comprenderán que a mí no se me apetecía estar loco, y sin embargo un buen día me vino unplomillazo y desde entonces soy cliente fijo de este manicomio. Por tanto, gracias a ASIHTUR, y le deseamos que siempre combata el desaliento, que tenga un futuro lleno de éxitos y que no deje de organizar estas cenas de convivencia entre cañaíllas que tienen la misma meta. Y lo que está claro es que, si faltara ASIHTUR, habría que inventarla, porque su existencia en La Isla es más necesaria que nunca. Enhorabuena.