Con un lleno total de público en el coso linense, en la novillada fueron lidiadas reses del hierro de Herederos de Gavira, concretamente tres erales y dos añojos. Los dos jóvenes alumnos de la escuela algecireña cuajaron grandes faenas que le valieron a Jonathan Jiménez cortar las dos orejas y el rabo a su enemigo, mientras que a Jesús Nieto también le fueron concedidas por la presidencia del festejo las dos orejas. Esta cosecha de trofeos motivó que ambos novilleros algecireños saliesen a hombros por la puerta grande del veterano coso linense.
El torero de La Línea, Juan Cortés, no tuvo mucha suerte en su lote y no pudo lucir su toreo gitano. Por su parte, Miguel Pacheco, tuvo su primera ocasión de entrar a matar en su último eral y, el joven novillero,se defendió con dignidad con la espada.