Dicho documento, al que ha tenido acceso Europa Press, se ha colgado en el tablón del Instituto del Taxi en esta semana, de cara a su conocimiento público por parte de los profesionales del sector. De esta manera, y mediante una modificación del decreto con fecha 8 de julio de 2010, las pruebas se ajustan a unas bases reformadas.
Así, aquellos que quieran optar a la conducción de un taxi en la capital hispalense deben tener cumplidos los 18 años y, al margen de la certificación académica y penal ya reseñada, de los títulos correspondientes de circulación y del abono de tasas, no deben "padecer enfermedades infecto-contagiosas o impedimento físico o psíquico que imposibilite o dificulte el normal ejercicio de la profesión".
También se indica la necesidad de superar un examen con 30 preguntas tipo test y tres respuestas alternativas, siendo sólo una de ellas correcta. De esta forma, el aspirante debe demostrar capacidad y facilidad en el manejo del callejero, así como el conocimiento de las normas que sean de aplicación al servicio.
Estos requisitos han suscitado diversas reacciones en el sector de los taxistas. De esta manera, el presidente de la asociación mayoritaria del gremio (Unión Sevillana del Taxi), Fernando Morales, ha indicado a Europa Press que este modelo de requisitos supone la traslación del vigente en otras ciudades y que, en este sentido, sólo será de aplicación para los nuevos aspirantes.
Otros han valorado "muy positivamente" estas resoluciones, alentando incluso a la Delegación de Seguridad y Movilidad para que promueva la impartición de cursos de atención al cliente e idiomas.
