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España

El acusado de matar a Pagazaurtundua: "En la vida he tenido un arma"

Se declara inocente

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  • El acusado. -
Gurutz Aguirresarobe, acusado de matar al jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa) Joseba Pagazaurtundua, ha negado haber participado en el asesinato y ha argumentado que no conocía a la víctima y que nunca ha empuñado un arma. "En la vida he tenido un arma en la mano", ha asegurado.

Además, ha subrayado que la muestra de ADN recogida en la taza de café que el autor del atentado se tomó antes de disparar no puede ser suya porque sólo ha tomado café en dos ocasiones, que le sentaron "mal" porque le "altera". En el auto de procesamiento, el juez Fernando Grande-Marlaska destacaba como principal prueba contra él el hecho de que su perfil genético coincidiera con las muestras que dejó en la taza que fue hallada en el bar Daytona de Andoain, donde se produjo el crimen.

Aguirresarobe se enfrenta a una petición de pena de 48 años de cárcel por el atentado que se cobró la vida del sargento el 8 de febrero de 2003. El fiscal Pedro Rubira pide que sea condenado por los delitos de integración en organización terrorista (10 años de cárcel), asesinato (30 años de cárcel más alejamiento) y tenencia ilícita de armas (8 años de prisión). Solicita igualmente que se le condene a indemnizar en 50.000 euros a la viuda y familiares directos del fallecido.

Ante la Sección Tercera de lo Penal, ha reconocido que trabajaba en una empresa ubicada a las afueras del municipio de Andoain pero ha remarcado que "en la vida" ha estado "ni conocía" el bar Daytona, donde el asesino se sentó en un taburete de la barra, pidió un café con leche -que no llegó a pagar-, y esperó a Pagazaurtundua, quien acudía diariamente al citado establecimiento.

Al ser preguntado dónde se encontraba el día de la muerte del agente, ha respondido que ese ha sido "su mayor dilema" argumentando que durante su estancia en la cárcel ha movido "cielo y tierra" para saber dónde estuvo aquella fecha. "Mi familia, mi abogado y yo hemos estando mirando todo y no he podido encontrar nada para saber ese día donde estaba porque es que no lo sé", ha añadido.

Así, ha indicado que las gestiones efectuadas por la Federación Vasca de Rugby y la Federación Española de Rugby para averiguar si aquel día jugó un partido se han saldado con "un resultado nulo". En cualquier caso, ha sostenido que no conocía a Joseba Pagazaurtundua y, por lo tanto, ni sabía que era militante socialista ni miembro del colectivo 'Basta Ya', al ser preguntado por el abogado de la familia Rubén Múgica.

"Nunca he tenido relación con ETA", ha mantenido el acusado. Ha sido el segundo presunto etarra -después de Oier González-- que comparece y acepta responder al fiscal y a las acusaciones particular y populares en la Audiencia Nacional, después de que la banda anticipase hace unos días que el desarme está en su agenda. El Ayuntamiento de Andoain, gobernado por Bildu, ha ejercido la acusación popular.

En cuanto a las botellas de agua con muestras de su perfil genético recogidas para cotejarlas con la extraída de la taza de café del bar Daytona, ha expuesto que puede haber sido suya la encontrada en el bar Iñaki de Irún así como la hallada en una botella de la que bebió cuando le tomó declaración el juez Fernando Grande-Marlaska.

Su abogado Jose María Elosúa - exparlamentario de Herri Batasuna-- ha insinuado que la muestra de ADN encontrada en la taza podría pertenecer al primo de su cliente, Eneko Aguirresarobe, detenido por su relación con ETA.

El acusado también ha alegado que los 5.000 euros incautados en el registro practicado en su domicilio iba a destinarlos a viajes, como el que realizó durante cinco meses a Sudamérica. "Todo el dinero que traigo en los bolsillos lo voy guardando en una hucha de barro grande para viajes que suelo hacer yo", ha añadido en su declaración, que se ha alargado durante una hora.

GOBIERNO VASCO DIJO QUE NO HABÍA RIESGO POR LA TREGUA

Durante el juicio, al que ha asistido entre el público la candidata de UpyD para la presidencia del Gobierno Rosa Díez, ha testificado la viuda del sargento asesinado, Estíbaliz Garmendia, así como su hermana Maite Pagazaurtundua.

La viuda ha dicho que "aquella mañana en la que la banda volvía a asesinar a un hombre bueno, buen compañero y buen amigo" ella se encontraba trabajando en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Nuestra Señora de Aranzazu donde minutos más tarde falleció su marido.

Después de que el juez Guevara le invitara a sentarse, la viuda, que ha decidido no acogerse a la protección otorgada a los testigos protegidos, ha relatado que su familia se desplazó a vivir a la Rioja Alavesa en 1994 tras la desarticulación de un comando con "información muy elaborada" sobre su marido. "En la tregua de 1999 la Consejería de Interior del Gobierno vasco nos comentó que la situación había cambiado, que ETA había dejado de matar y que teníamos que volver a San Sebastián", ha dicho.

Durante aquellos años, ha recordado, no sólo el amenazado sino que toda la familia y "la ciudadanía en general" sufría los atentados terroristas. "Lo notabas en la calle, la gente normal estaba atemorizada, pasaba de ti, digamos, no querían relacionarse contigo por todo lo que había", ha remachado.

El abogado del procesado ha preguntado a las dos testigos si el agente asesinado fue miembro de ETA en su juventud. Ambas han titubeado y han señalado que "hubo alguna detención" aunque no conocen los pormenores de este asunto.

"YA TE PILLAREMOS"

La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo y hermana del fallecido, Maite Pagazaurtundua también ha puesto de manifiesto que su familia tuvo que regresar a Andoain pese a tener "muchísimo miedo" y considerar que "aquella tregua era una trampa". Su "inmensa preocupación" se intensificó desde el asesinato del periodista José Luis López de Lacalle a manos de ETA -"gran amigo" de la familia-- y desde que advirtieron en 2002 al sargento: "Ya te pillaremos".

"Toda nuestra familia estaba en el punto de mira de esa fórmula de acoso integral que a menudo se llegaba a completar con asesinatos y en otros casos con agresiones a nuestras casas o coches para doblegarnos, para que no nos atreviéramos a ser libres", ha señalado.

Las camareras del bar Daytona y varios clientes que se encontraban en el interior del local han descrito cómo se sucedió el crimen. En la mañana de aquel 8 de febrero, el sargento, que era "cliente" habitual del establecimiento, se sentó desde la mesa donde gozaba de mejor ángulo de visión sobre la puerta de entrada.

Mientras los clientes tomaban sus consumiciones y la camarera cerraba la caja registradora, un hombre, ataviado con "un fular o una braga oscura" y que anteriormente había pedido un café con leche, descerrajó cuatro tiros sobre el jefe de Policía. "Me dí la vuelta y vi al asesino tirando de gatillo mientras la víctima se quedó como estaba, leyendo el periódico", han apuntado.

Los testigos han coincidido en que el autor del crimen "salió corriendo" y que tras él "no entró ni salió nadie del local" y que en él "no se movió" ningún efecto. Un grupo de agentes también han subrayado que velaron por que no se manipulara la taza de café del autor del crimen, la cual constituye la principal prueba contra él.

Han añadido que el arma con la que se mató a Pagaza es la misma que acabó con la vida del presidente del PP en Aragón Manuel Giménez Abad. El crimen del sargento fue reivindicado por ETA mediante un comunicado recogido en los diarios 'Gara', 'Deia' y 'el Diario Vasco' el 19 de marzo de 2003.

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