Fuentes vecinales han indicado a Europa Press que hace varios meses se confirmó la presencia de personas en el interior de la fábrica --entrando por un acceso disponible que da a Carretera de Carmona-- que salían llevándose chatarra, llegando a escucharse incluso "martillazos" propios de una operación de desmontaje de la maquinaria allí existente.
Una vez que estas personas desaparecieron, a partir de Navidad se han instalado allí tres familias, lo que motivó que los propios vecinos iniciasen gestiones que han culminado en la presencia en varias ocasiones de la Policía. No obstante, han criticado que estas personas siguen dentro, sin que la comprometida intervención para tapiar el acceso se haya hecho efectiva hasta ahora.
"Ahí entra el que quiere, se saltan las tapias y están como Pedro por su casa", han ejemplificado los residentes, que, por otro lado, han mostrado su rechazo al envenenamiento masivo de gatos, "pues, más que un mal, era una forma de mantener la fabrica limpia de ratas y otros".
El sector de ciudadanos interesados en la conservación de la fábrica ya criticó que el Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo aprobara la operación jurídica complementaria del proyecto de reparcelación "sin contar con nosotros".
La "preocupación" derivaba de que, a juicio de los vecinos, no se contemplan las modificaciones a realizar en el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de la zona, "que deben estar en la Delegación Provincial de Cultura", así como tampoco se recoge la citada conservación