Así lo ha señalado en una entrevista con Europa Press el jefe superior de Policía de Andalucía Oriental, Pedro Luis Mélida, que afirma que el caso "siempre está abierto", y que se siguen varias pistas para aclarar las circunstancias de la desaparición, que King atribuyó a su amigo y compatriota Robert Graham.
Para Mélida, la dificultad es mayor en este caso al no haber aparecido el cuerpo de la joven, pero, no obstante, asegura que la Policía no baja la guardia en esta investigación, y está dando pasos de "avance", aunque no pueda desvelarlos para no perjudicarla.
El pasado 18 de agosto, cuando se cumplían once años de la desaparición de la joven, de la que no se tienen pistas desde que supuestamente se dirigía hasta el recinto ferial del Cortijo del Conde de la ciudad costera de Motril para disfrutar de los festejos en honor a la patrona, la Virgen de la Cabeza, el padre, Antonio Fernández, señaló que se buscaban nuevas pistas, con la colaboración de la Interpol, que permitieran abrir nuevas líneas de investigación.
La Policía Nacional trabaja en varias líneas, una de ellas la carta anónima que recibieron los padres hace dos años "y que hizo avanzar bastante la investigación". "El problema es que no sabemos quién la escribió, es como si esa persona hubiera desaparecido, porque no ha vuelto a dar señales de vida, pese a lo necesarios que son los datos nuevos para continuar con la investigación", lamentaba entonces el padre.
Tanto los investigadores como los padres de la joven sospecharon hace cuatro años de que Tony Alexander King y su amigo Robert Graham pudieran estar implicados en el caso por las similitudes con los de Carabantes y Wanninkhof y porque los dos fueron vistos por la zona de Motril en la fecha en la que María Teresa desapareció.
Esa nueva línea de investigación llevó a la apertura del caso por tercera vez, lo que motivó que King prestara declaración en el Juzgado que instruye el caso. El hombre llegó a decir que María Teresa había sido asesinada y que tenía el convencimiento de que el autor de la muerte había sido su amigo Graham, por lo que el propio magistrado y la Policía Nacional requirieron la colaboración de la Interpol para que buscase a este último y que acudiera a Motril a prestar declaración, algo que hasta la fecha no ha sucedido.
DESAPARICIÓN
María Teresa Fernández desapareció el 18 de agosto de 2000, cuando tenía 18 años, en la Avenida de Andalucía de Motril, en pleno centro de la ciudad, desde donde iba a encontrarse con unos amigos para posteriormente trasladarse hasta el recinto ferial, ubicado a unos dos kilómetros de allí.
Los padres de la joven, desde que desapareció, iniciaron una campaña en su búsqueda que los llevó a repartir carteles con su fotografía por todas las comunidades autónomas, acompañadas de manifestaciones mensuales para evitar que el caso cayese en el olvido. En su lucha, contactaron con pescadores y camioneros para que llevasen la imagen de su hija a todos los rincones del país y anunciaron recompensas en páginas web a quien aportara pistas sobre su paradero.
Desde un primer momento, los padres de María Teresa Fernández descartaron la posibilidad de que su hija se escapara de casa porque no encuentran razones para ello. Además de los últimos avances, sólo se sabe que la joven mandó un mensaje corto al móvil de su novio que decía: "Puede que tarde pero voy, espérame".