Rajoy, quien intervino esta tarde en el mencionado foro que se reúne en la capital balear, hizo esa afirmación tras hacer un repaso de las medidas adoptadas por su Gobierno desde que ganó las elecciones, en especial la polémica decisión adoptada en el Consejo de Ministros del pasado viernes de aprobar un objetivo de déficit del 5,8 por ciento del PIB, superior al 4,4 por ciento que en principio debía ser el objetivo para 2012.
NO CONFUNDIR DESEOS CON LA REALIDAD
Por ello, el jefe del Ejecutivo dedicó una parte importante de su discurso a explicar los motivos de esa decisión, advirtiendo que no han caído "en errores pasados, como es confundir los deseos con la realidad", en referencia a las previsiones fallidas de los Gobiernos socialistas de Rodríguez Zapatero.
"El realismo y la sensatez han de guiar siempre la acción de todo Gobierno responsable y ahora más que nunca es una obligación apartarse de planteamientos ilusorios, atender a los datos de la realidad y hacer diagnósticos y políticas consecuentes con ella. Sólo así lograremos fortalecer la confianza de los ciudadanos, de nuestros socios y de los mercados", argumentó.
Rajoy justificó que se haya fijado el 5,8 por ciento como objetivo de déficit por la herencia recibida, aunque advirtiendo a continuación: "pero se lo ha marcado para cumplirlo, porque sino se hubiera fijado otro". Además quiso poner en valor lo que significa ese objetivo, porque implica una reducción del déficit estructural de bastante más de 3,5 puntos en los dos últimos años. "No sé si en la historia reciente hay algún país de la UE que haya hecho un esfuerzo semejante", añadió.
El jefe del Ejecutivo insistió en que esta reducción del déficit representa un esfuerzo ambicioso y realista, que "cumple de forma escrupulosa con los objetivos, los procedimientos y el calendario al que España se ha comprometido". Explicó que es ambicioso porque duplica el 1,5 por ciento comprometido anualmente, es realista porque se van a conseguir los objetivos sin que afecte negativamente a la economía española y finalmente se hará cumpliendo con todos los procedimientos establecidos en el marco de la UE.
SACRIFICIOS DE HOY, GARANTÍA DE PROSPERIDAD
Rajoy también se refirió a los tiempos convulsos que vive la UE, explicando que la salida de la crisis depende del cumplimiento de dos reglas esenciales: estabilidad presupuestaria y dotar de flexibilidad y competitividad a las economías europeas. A su juicio, estas reglas son el fundamento de la prosperidad futura y del bienestar de los ciudadanos. Por ello proclamó que "los sacrificios que hoy tenemos que hacer son la garantía de la prosperidad de nuestros hijos y del futuro de la UE".
En su opinión, de las reformas individuales que hagan los países dependerá también el futuro colectivo, subrayando que este el principal empeño que anima la acción de su Gobierno. "En España no tenemos otro objetivo que el de invertir la tendencia al deterioro económico y social que heredamos, devolver a la economía española la confianza y el crédito y acabar con la espiral de incertidumbre y malos resultados", agregó.
"Tenemos una voluntad inequívoca de equilibrar las cuentas públicas, lo hacemos en el calendario marcado y desde el realismo, con la confianza de los ciudadanos españoles y con el entendimiento de nuestros socios en la UE. Les aseguro que con mi Gobierno España volverá a ser un factor de certidumbre para Europa y un país integrado en el eje de la toma de decisiones", afirmó.
Asimismo, el jefe del Ejecutivo insistió en que "ser miembros de la UE requiere cumplir las reglas y ser leales con los socios para garantizar el buen funcionamiento de la UE, que debe estar atenta a las nuevas realidades si quiere que los esfuerzos y las reformas sean verdaderamente efectivos".