El padre del pequeño, Miguel Segura Torrejón, ha señalado a Europa Press que se encuentra "frustrado e indignado" por la situación creada, porque "ni la Policía ni la Justicia pueden hacer nada" a pesar de que, como se ha dicho, es él y no su exmujer quien tiene la guarda y custodia sobre el menor, todo lo cual le está afectando gravemente, pues "no duermo, no soy capaz, estoy cansado, llego a la cama y los ojos se me abren de par en par". "A mí esto me va a volver loco", ha dicho.
En julio de 2010, un juzgado de Motril (Granada) dictó un auto en el que acordó una serie de medidas provisionales en tanto en cuanto se resolvía el proceso de divorcio de la pareja, acordando otorgar la guarda y custodia al padre, una medida "adecuada" sobre todo "teniendo en cuenta la falta de interés de la madre en el presente procedimiento". Asimismo, en el mismo auto se estableció un régimen de visitas a favor de la progenitora, que podría disfrutar de su hijo fines de semana alternos.
No obstante, el padre afectado ha señalado que la madre, tal y como le correspondía, se llevó al hijo de ambos el fin de semana del 13 y 14 de febrero de 2011, pero este último día "me llamó por teléfono y me dijo: 'me pienso quedar al niño, me da igual las consecuencias, me da igual lo que me pase, lo pienso cambiar de colegio'" --pues el menor estaba escolarizado en Sevilla ese curso--, lo que le llevó a interponer al día siguiente una denuncia ante la Policía Nacional de Sevilla-Este, la cual derivó en un juicio de faltas y en una condena de la madre.
"TODO ESTABA MÁS QUE TRAMADO"
"Con el tiempo te das cuenta de que todo estaba más que tramado y hablado", según ha comentado Miguel Segura, quien ha puesto de manifiesto que, con posterioridad, ha intentado ponerse en contacto telefónico con su exmujer, pero "la línea ha desaparecido, no existe", de manera que en todo este tiempo no ha podido hablar con su hijo y únicamente lo ha visto en una ocasión, concretamente en junio de 2011 y con motivo del juicio por el divorcio.
"Ese día le dije a la juez que el niño estaba secuestrado por su madre y que la guarda y custodia era mía, por lo que le pregunté si me lo podía llevar, pero me dijo que no", ha lamentando Miguel, quien ha recordado, igualmente, que el juicio por el asunto del divorcio se celebró el mismo mes en el que el Juzgado instructor hacía público un auto en el que instaba la ejecución del auto de medidas cautelares.
Posteriormente, el 30 de septiembre de 2011, el Juzgado dictó la sentencia en la que ratificaba la atribución de la guarda y custodia al padre por la "falta de interés" de la madre en el procedimiento y ante la existencia de un informe de los servicios sociales en la que, "si bien se afirma que el menor no se encuentra en situación de desprotección, existen factores de riesgo que pueden influir de forma negativa en su desarrollo, que no se aprecian en la familia paterna".
"PUEDE HABER SIDO INFLUIDO POR LA MADRE"
En la sentencia, consultada por Europa Press, la juez señalaba que, "si bien es cierto que el menor manifestó que prefería estar con su madre porque en casa de su padre se aburría, deben apuntarse dos cuestiones, como son que por su corta edad puede haber sido influido por la madre, y que no se trata de atender exclusivamente a los deseos o caprichos del menor, que efectivamente va a desear irse con el progenitor que menos obligaciones le imponga".
Por ello, la juez acordó que el padre "es el más adecuado" para ostentar la guarda y custodia, siendo la patria potestad compartida por ambos progenitores. Asimismo, estableció que la madre podría estar con su hijo fines de semana alternos, además de vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano, todo ello en una sentencia que ha sido recurrida en apelación ante la Audiencia Provincial por la madre, recurso que no ha sido resuelto aún.
Sin embargo, y a pesar de esta sentencia y del auto de medidas cautelares, "sigo sin verlo un año y tres meses después y nadie se hace cargo ni toma cartas en el asunto", ha señalado el padre, quien ha referido que, en el momento de "secuestrar" al menor, éste se encontraba escolarizado en un centro educativo de Sevilla, que "ha negado" el traslado de matrícula tras la presentación de un escrito en el que "me oponía" a ello.
DENUNCIA POR SUSTRACCIÓN DE MENORES
Posteriormente, concretamente en noviembre de 2011, el abogado de Miguel interpuso una denuncia por sustracción de menores, pero la juez de Instrucción número 10 decidió archivarla por medio de un auto dictado el pasado 21 de marzo, en el que señala que, tras "haberse practicado las diligencias de investigación" oportunas, "no aparece debidamente justificada" la perpetración del delito denunciado, resolución que ha sido recurrida en reforma por el letrado de Miguel.
Por todo ello, y en vista de que la situación no ha sufrido cambio alguno, el afectado ha remitido cartas donde cuenta de su caso al Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo; al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; al fiscal delegado de Menores de Sevilla y al de Andalucía, y al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río. El fiscal delegado de Menores de Andalucía ha sido el único en responder a la carta, asegurando que realizará una serie de diligencias en torno al caso.
Por todo ello, el afectado ha aprovechado para pedir "que me devuelvan ya a mi hijo y se haga cumplir lo que la Justicia ha dictaminado", aunque ha dicho que no tiene confianza en la misma. "Estoy echo polvo, no voy a un psicólogo pero si fuera no sé lo que me podría sacar", ha afirmado, al tiempo que ha aseverado que, "a la hora de juzgar un delito, da igual el sexo, ¿qué tiene que ver que seas un hombre o una mujer?".
Incluso, la Policía "me llegó a decir que si yo fuera mujer, en 24 horas estaba el niño conmigo y el tío en los calabozos", por lo que se ha preguntado "si somos diferentes por cuestión de sexo". "Se lucha por la igualdad y al final lo que se hace es diferenciar", ha concluido.