Según ha explicado a Efe el secretario provincial de la Federación de Servicios Públicos (FSP) del sindicato UGT, José Porras Naranjo, "hemos decidido que, si en un pleno no se va a hablar del problema de los trabajadores, que no cobramos, y están despidiendo gente, pues no permitiremos que se celebre ese Pleno".
Los sindicatos acudieron al inicio de la sesión plenaria y, como viene siendo habitual, pidieron la palabra. Allí, una vez que exigieron la retirada del ERE y el cobro de las nóminas que les adeudan, informaron de que no permitirían que se celebrara la sesión y comenzaron a hacer ruido con bombos y baterías.
Instantes después, los miembros del grupo municipal del Partido Popular, en la oposición, decidieron levantarse de su bancada y ponerse del lado de los manifestantes.
Ante la situación, la alcaldesa, Gemma Araujo (PSOE), decidió convocar a la Junta de Portavoces para analizar la situación. Hasta en tres ocasiones se reunieron los portavoces de los cuatro grupos municipales (PA, PSOE, IU y PP).
Según ha señalado a Efe el portavoz del PA, Ángel Villar, que de forma inminente formará coalición de Gobierno con el PSOE, "existía la posibilidad de proceder al desalojo, pero en el ánimo de ninguna de nosotros estaba el buscar esa vía". Igualmente, se planteó la posibilidad de esperar a las 00.00 horas, cuando ya no se puede convocar por ley el Pleno. Finalmente, viendo la incesante actitud de los sindicatos, decidieron suspenderlo.
Para poder hacerlo de forma legal, regresaron al Salón de Plenos sólo los portavoces de los grupos políticos, excepto los del PP, que ya se habían marchado. Al no existir quorum suficiente, se suspendió el Pleno.