Desde principios de abril y hasta el próximo 20 de mayo se encuentra expuesta en la sevillana galería Cobertura Photo una muestra del genial fotógrafo Atin Aya. Se trata de una colección de fotografías sobre tauromaquia que el fotógrafo realizó durante dos temporadas en la Maestranza de Sevilla y que en su mayoría formaron parte de libro Imágenes de la Maestranza, publicado en 1996. En esta obra tienen cabida toda clase de personajes vinculados con el coso del Baratillo, desde los areneros a las grandes figuras, pasando por las señoras de mantilla o los descuartizadores de los animales después de la lidia.
Atin Aya (1955-2007), uno de los fotógrafos más carismáticos que ha dado Sevilla, fue autor de otras obras fundamentales para entender el costumbrismo sevillano, entre ellas destacan los libros Sevillanos (2000) y Marismas del Guadalquivir (2001). Trabajó en la agencia Cover y formó parte del equipo de fotógrafos de la sociedad estatal para la Exposición Universal de 1992, fue colaborador de ABC y Diario 16. Entre sus galardones se encuentra el primer premio de Fotopress en su sección de cultura y espectáculos. Una fotografía suya ilustró el cartel del pregón taurino del 2000 que ofreció el escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Hablar de Atin Aya es hablar de la sensibilidad de alguien con una mirada realmente especial, enamorado de las historias cotidianas dándole más importancia a los caminos que a las autopistas. Con su cámara fue capaz de plasmar los espíritus de personas anónimas que, al convertirse en blanco de su objetivo, pasaban a tomar protagonismo. Pararse a contemplar las caras de los personajes de su libro sobre las Marismas de Guadalquivir es entrar en otra dimensión artística y, sobre todo, humana.
En Sevillanos captó de una manera realmente genial la idiosincrasia de los habitantes de nuestra ciudad y en la obra dedicada a la Maestranza supo dar su sitio a cada uno de los personajes que forman parte de esa atmósfera tan especial que se crea en la plaza sevillana en temporada de toros.
El pasado año tuvo lugar una exposición póstuma del fotógrafo, con el título Paisanos, en la que se pudo disfrutar de retratos obtenidos por Aya entre los años 1997 y 2003, época de su madurez artística. Los comisarios de exposición fueron Diego Carrasco y María Aya, hija del genial artista.
Ésta, convertida en recopiladora, guardiana, conservadora y difusora de su obra y también fotógrafa, atendió amablemente a Viva Sevilla para descubrirnos sus proyectos de futuro.
¿Cuáles serán las próximas apariciones de las obras de Arina Aya?
–Hay dos colecciones que nunca se han publicado ni expuesto y que me gustaría dar a conocer en un futuro próximo. Una de ellas es una antología de retratos a pintores y artistas sevillanos que es realmente rica y de gran calidad, y otra colección que es el fruto de cuatro viajes a Cuba, es un trabajo incompleto pero por su valor histórico y artístico haré lo posible por que vea la luz. Estos trabajos son muy especiales porque además de hacer las fotos, mi padre las reveló personalmente una a una. Es algo que los fotógrafos de hoy en día deberían estudiar para darse cuenta de cómo se trabajaba no hace tanto tiempo y donde, al ser en sistema analógico, se ve la importancia de un solo disparo. Ahora, con la era digital, ese concepto se ha perdido un poco.
Mi mayor deseo es conseguir exponer una antología de toda su obra. Es un proyecto muy ambicioso y con el que tendré que contar con ayudas institucionales pero daré toda mi energía para que se pueda realizar.
Sevilla
La mirada de Atin Aya
La galería Cobertura Photo acoge la muestra ‘Imágenes de la Maestranza’
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