Libros de cuentos infantiles para autistas, unas macetas que se pueden transplantar en un segundo y sin dañarla o un espacio en la web para profesorado, alumnado y padres, son algunas de las ideas que han nacido en la provincia, y que están logrando un notable éxito de aceptación, así como premios y sobre todo, un hueco en el mercado laboral y empresarial. Entre estos emprendedores, que forman parte de los premios “100 ideas que cambien el mundo” organizados por la Junta de Andalucía, se encuentra un jerezano, Pedro Neva, con su proyecto Macetas Abril, para trasplantar sin esfuerzo.
Este emprendor señala que su proyecto es “una nueva generación de macetas que incluyen un sistema de transplante fácil. Es decir, logramos transplantar cualquier maceta en un segundo, sin que se dañen sus raíces y sin que nos lastimemos si fuesen espinosas como los cactus”. Es un sistema “muy sencillo y muy práctico”, patentado tanto para España como para el mercado internacional. Por eso no extraña que uno de los sectores a los que más ha interesado este sistema es a los productores de cactus y a las grandes superficies. La idea ha tenido tanto éxito que ahora trabaja “en busca de inversores” para poder comenzar a cubrir la enorme demanda que hay que su producto, en España y fuera de estas fronteras. La idea ahora es coordinar las formas de pago.
“Hablamos de una maceta. Ahora trabajamos con macetas de barro, que crean muchos problemas para ser transplantadas. Y ahora, en un segundo, sin usar cuchillos o guantes, se puede realizar esta tarea incluso vestido para ir a una boda”, comenta.
Pedro Neva insiste en que “lo que nos hace falta es poder coordinar los pagos de una producción a gran escala, y para eso buscamos inversores. Yo ahora puedo vender 500 macetas, pero los productores de cactus piden producción de hasta 350.000 macetas”. Algunos dicen que este invento es como el chupa-chups, “porque es sencillo pero es muy práctico”, concluye este emprendedor jerezano.
Cómo surge una idea emprendedora
La idea nace “de repente. Nace a raíz de un problema. Yo tengo un campo y un día, transplantando un cactus, me pregunté si alguien había trabajado en hacerlo más sencillo. Me puse a pensar en ello y busqué incluso en la web si había algo similar en el mercado. Pero no había nada. Entonces pensé en una solución, la encontré, volví a buscar si había algo parecido y nada de nada. Me leí las dos mil patentes que hay, y no había nada parecido”.
