La Plaza del Cabildo fue tomada por los aficionados del Atlético Sanluqueño tras la victoria que cosechó el equipo que dirige Pepe Carrete por 2-1 ante el Extremadura en El Palmar, que presentó la mejor entrada que se recuerda. Los seguidores verdiblancos sufrieron de lo lindo en la segunda parte porque tras el 1-1 apareció el ‘fantasma’ del 1-2 y por consiguiente, de haberse dado ese marcador, el ascenso del Extremadura a la Segunda División B. Sin embargo, el Atlético Sanluqueño sacó fuerzas de flaqueza y en el tiempo de prolongación Adrián Gallardo anotaba el 2-1, que certificaba subir de categoría tras 20 años de espera. Hay que recordar que desde que el equipo de la Ciudad de la Manzanilla bajó a la Tercera División en la temporada 1991-1992 siempre ha permanecido en la categoría de bronce del fútbol español.
Acaba el partido y todos citados en la Plaza del Cabildo. La fuente vallada en su totalidad y muchos miembros de la Policía Nacional garantizaron la seguridad en unos momentos de gran alegría para u un club que hizo méritos más que suficientes para ascender a la Segunda División B. No hubo que lamentar ni un solo incidente, sólo presenciar la alegría de una afición que celebraba un momento histórico. Muchos fueron los que se acostaron con el cansancio y la tensión acumulada de un día que será difícil de olvidar. El Palmar fue una fiesta desde horas antes del encuentro, el partido también lo fue y la noche igualmente. Al día siguiente, también fueron muchos los que se dieron cuenta que el tono de su voz no era la misma y es que los que acudieron a animar al equipo de Carrete se dejaron literalmente la garganta en El Palmar.
Y prueba de ello vino dado cuando el 2-1 subió al marcador y muchos seguidores invadían el terreno de juego para celebrar el gol ante la sorpresa de un colegiado, que comprobó enseguida que fue pacífica y motivada por un momento donde los aficionados verdiblancos se vieron superados por un momento por el que habían soñado. A partir de ahora los dirigentes del Atlético Sanluqueño empezarán a planificar la próxima temporada, aunque por lo pronto piensan celebrar estos días con la alegría que supuso esperar 20 años para regresar a la Segunda División B. Muchos de los que celebraron el ascenso tras el partido no habían nacido todavía y no conocieron esa categoría.