España se ha impuesto a Francia (70-75) en el cuarto partido de preparación para los Juegos Olímpicos de Londres, superando así el primer test serio al que se enfrentaba el conjunto de Sergio Scariolo gracias a un gran partido de Pau Gasol.
El juego interior fue la clave en el triunfo español. Gasol e Ibaka disputaron la mayoría de los minutos, ya que el equipo español tenía que sobreponerse a la baja de Marc Gasol por una contusión en el hombro. Los dos pívots se encontraban muy inspirados y lideraron a España, cerrando el juego en torno al aro.
Francia dio mucha guerra, sobre todo en la primera mitad. Tony Parker no se encontraba aún al cien por cien, aquejado de unas molestias en un ojo, pero no quiso perderse un nuevo partido. De esta forma, el conjunto español se tuvo que centrar en su defensa, por lo que Gelabale y Turiaf encontraron demasiados huecos para anotar.
El conjunto español se mostró muy torpe de cara al aro en los primeros minutos y Francia lo aprovechaba para dominar, aunque no conseguía marcharse en el marcador. Un parcial de 0-5 para España colocaba a los nacionales con su primera ventaja del encuentro (12-14) y conseguían llegar al final del primer cuarto con una pequeña renta (21-23).
Gasol se erigía en el líder del partido. El jugador de los Lakers dominaba la zona con mucha superioridad y llevaba en volandas a España, aunque no podía evitar que Francia se marchara por delante al descanso (39-37).
ESPAÑA EXPLOTA EN EL TERCER CUARTO.
En el tercer cuarto, los españoles rompieron el partido. El mal inicio galo lo aprovecharon los de Scariolo firmando un parcial de 1-16 hasta colocarse con una renta de nueve puntos (40-49). Quedaban cuatro minutos para el final del cuarto y España sólo tenía que controlar los nervios si quería llevarse la victoria.
Francia no se encontraba nada cómoda y no sabía qué hacer, hasta que se metió en el partido tras una trifulca entre Gelabale y Rudy. El francés agredía al español en el centro del campo, pero los dos jugadores fueron descalificados por los árbitros, lo que provocó que el público empezara a meter mucha presión.
Los jugadores galos arengaban a los suyos y firmaban un parcial de 7-0 hasta colocarse a seis puntos de España (56-62). Quedaban aún seis minutos para el final y todo apuntaba a que iban a ser emocionantes, pero el conjunto de Scariolo supo mantener a raya los nervios y se acabó imponiendo por 70-75.
