El verano siempre en el periodismo se ha dicho que venía cargado de serpientes informativas. Estas no son nada más que bulos inflados o noticias a veces sacadas de contexto para buscar el titular fácil. En un breve repaso a las hemerotecas es fácil encontrar numerosas serpientes de verano que justo al volver la actividad normal de septiembre desaparecían como por arte de magia.
Este verano tiene también sus serpientes y sus numeritos mediáticos, como el que protagoniza Sánchez Gordillo y sus múltiples ocupaciones. Y no me refiero a ocupaciones como trabajo, porque trabajar lo que se dice trabajar poco. La serpiente del verano de Sánchez Gordillo este año es la imagen de España junto a Belén Esteban en la portada de Le Monde y las medidas de ajuste a mano armada de Rajoy.
La triada es para descambiarla. Rajoy, Sánchez Gordillo y Belén Esteban. Son las tres serpientes del verano informativo. Sólo con esa alineación titular no es de extrañar que en muchos foros seamos el hazmerreir de todos y que el prestigio ganado con los difíciles años de la transición esté ahora por los suelos. La marca España como dicen los cursis no vale mucho en estos momentos, pero no es de extrañar cuando nuestros vendedores de marca son un Rajoy que ya en Europa, así lo reconoce el Financial Times, se da por amortizado; una Belén Esteban que habla con faltas de ortografía, y un diputado/alcalde que asalta supermercados y hoteles.
Por otra parte a este intenso verano sumamos un nuevo titular informativo, la comisión de investigación de los ERE en el Parlamento andaluz. Bienvenida sea esta comisión donde se han de solventar responsabilidades políticas. Para las penales, si las hubiera, que eso se verá en un juicio no en la intrépida instrucción de la jueza estrella Ayala, están los tribunales de Justicia. Lo que ocurre con la comisión de los ERE es muy curioso. Los partidos políticos han citado a quienes querían a citar a aportar su testimonio. Sin embargo los del PP y su corte de voceros mediáticos están muy indignados porque algunos comparecientes se niegan a declarar, en su legítimo derecho, o para colmo no acuden para dar los titulares que pretende la derecha y que llevan forzando en sus medios afines. No es democrático criticar a quien ejerce su derecho a no declarar. Es una comisión de investigación que algunos quieren convertir en un juicio público sumarísimo. ¿Creía acaso el PP que alguno de los imputados iba a decir en la comisión algo distinto a lo que ha dicho ante la jueza? La responsabilidad política se puede zanjar con una dimisión y una expulsión del partido al que pertenezca, pero la responsabilidad penal se paga con cárcel, con privación de la libertad. Y eso es algo muy serio.
La comisión de investigación lo más seguro es que concluya que hubo negligencias, falta de control político y abuso de autoridad. Y eso se paga con el cese y la puesta a disposición judicial –como ya hizo el psoe en su momento- de los que abusaron de la confianza para corromper el sistema democrático.
Lo más peligroso de esta comisión de investigación y de todo el caso de los ERE es el empeño que pone el PP en dar a entender que todo lo que huele a PSOE es una corrupción generalizada en las instituciones. Una estrategia política de difamación que ya le pasa factura al propio PP. En unos días más de dos mil militantes en España se han dado de baja para irse al nuevo partido de Mario Conde. Cuando se juega con fuego se acaba uno quemando. Y el PP está jugando con fuego en cuestionar la democracia y la honestidad de la clase política. Ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Conozco a cientos de políticos de todas las ideologías y la inmensa mayoría son gente honesta, trabajadora, entregados al servicio público y ganando mucho menos dinero en la política que en su vida privada profesional. No hay derecho que por una mínima parte de gentuza se califique a toda la clase política y se la convierta en el pim pam pum de todos los males de España. En cualquier ámbito de la vida, por desgracia, hay malas personas, pero eso no significa que la humanidad sea mala por naturaleza y haya que exterminarla.
La comisión de los ERE debería ser un punto de inflexión para que todas las fuerzas políticas comenzaran a dignificar el trabajo de los representantes públicos. Que no se haga más demagogia populista con sueldos, coches oficiales, etc. Necesitamos dignificar la política por el bien de todos, de la izquierda y de la derecha democrática. De lo contrario estaremos a un paso de un totalitarismo de mesiánicos salvadores de la patria como ahora parece querer ser Mario Conde.
Comencé hablando de serpientes de verano y quiero acabar hablando de los del entorno de la serpiente en el hacha.
Estos nos han dado otro de los titulares periodísticos del verano. Se cargan de un plumazo la Semana Grande taurina de San Sebastián. Con su peculiar sentido de la democracia deciden suprimir la fiesta argumentando que se hace sufrir al animal. En el fondo parece que es más real la supresión por su denominación de fiesta nacional de España. Sea cual fuera la causa demuestran una incultura soberana. Cuando vayan al veterinario a tratar sus males personales deberían preguntarle qué opina un veterinario del toro bravo y de la lidia. Seguro que se llevan alguna sorpresa.
También podrían hacer números sobre el empleo que genera una ganadería de toros bravos y una fiesta popular como son las corridas de toros. O podrían consultar a los ecologistas sobre la importancia para el ecosistema de una dehesa de toros bravos.
Pero todo eso sería como pedirles que apliquen la razón y el sentido común y el respeto en sus actos cotidianos. Los pobres no dan para más. Estos ilustrados de Bildu ya no se acuerdan de uno de sus ideólogos, Jon Idígoras, gran aficionado y novillero en sus tiempos mozos. No creo que a Idígoras se le pueda acusar de españolista, pero al menos distinguía en estos temas la paja del trigo.
Esta nueva izquierda abertzale no tiene más argumentos que atacar a España. Han visto que con las pistolas nunca iban a conseguir nada y ahora quieren una afrenta a la cultura. Me gustaría saber si siguen pensando que el Guernica de Picasso debe volver al País Vasco o quedarse en Madrid porque el genial pintor malagueño era un buen aficionado taurino y por tanto españolista según Bildu.
Las pamplinas de estos señores habría que tomarlas como tal. De momento ellos no quieren renovar el convenio para que en Illumbre haya toros. Pues que se metan el convenio en donde les quepa. Ahora el mundo del toro lo que tiene que hacer es armarse de valentía y organizar festejos taurinos desde lo privado. Porque de momento no pueden prohibir la celebración de corridas. Eso lo ha intentado Cataluña y ha necesitado miles de firmas, debate en el Parlamento y votación. Y así y todo aun está la decisión pendiente de los tribunales.
Los de Bildu no han prohibido, porque no pueden, la celebración de corridas. Solo frenan un convenio que las impide de momento en Illumbre. Por eso hace falta un paso delante de los taurinos y que organicen festejos allí. ¿O es que también van a prohibirlo? ¿Con que ley? Seguro que esta decisión del ayuntamiento de San Sebastián es una serpiente de verano más, sobre todo en puertas de las elecciones al Parlamento vasco el día 21 de octubre. Yo invitaría a los empresarios y al mundo del toro a que organicen el 12 de octubre, en el ecuador de la campaña electoral, una gran corrida de toros. Habla pueblo habla como cantaba Jarcha.