El secretario de Estado para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo, ha asegurado en una entrevista concedida a Europa Press, que el Gobierno está teniendo unas relaciones con Cuba mucho más fluidas que antes y precisa que el ministro, José Manuel García Margallo, lleva de manera directa la negociación del 'caso Carromero' y tiene una comunicación fluida con su homólogo cubano.
Al ser preguntado cuál va a ser la posición de España en la UE, en relación con la posición común sobre Cuba, Méndez de Vigo dijo que hay que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos en Cuba y "apreciar la buena voluntad que hay" en este país "de cambiar las cosas".
Añadió que España va a seguir manteniendo "la posición que tiene" y que según dijo es "querer la libertad de los cubanos, que accedan al sistema político de libertades, pero también al sistema político cubano, a que éste busque esa solución".
No obstante, dejó claro que las conversaciones del ministro de Exteriores con su colega cubano "son fluidas y son buenas" y apuntó que Cuba forma parte "muy importante del corazón de los españoles". Recalcó que, en este momento, las relaciones son "fluidas" y que el ministro "está en una relación muy compenetrada y muy cercana a las autoridades cubanas".
"ESTAMOS HABLANDO MUCHO CON LAS AUTORIDADES CUBANAS"
"Estamos hablando mucho, mucho más que antes, con las autoridades cubanas y creo que en la buena dirección", apostilló el secretario de Estado, quien se mostró partidario de "ayudarles", en referencia a los cubanos.
En relación con el 'caso Carromero', el dirigente de Nuevas Generaciones del PP detenido en Cuba tras un accidente de tráfico en el que resultó muerto el opositor cubano Osvaldo Payá, Méndez de Vigo explicó que este asunto lo lleva el ministro "de manera directa".
Este hecho, dijo "tiene que ver con la voluntad final de buscar una solución razonable a Cuba y ayudar en la medida en que nosotros podamos". "El ministro dice: quiero para los cubanos lo que quiero para los españoles", añadió al tiempo que precisaba que lo que quiere es la democracia.
No obstante, no quiso apuntar cuál sería la solución "ideal" para solucionar el 'caso Carromero' e insistió en que el Gobierno está llevando este caso con "prudencia, cautela y con inteligencia".