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Ronda

EDITORIAL: La política barata sale cara

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El Partido Popular volvió a errar esta semana, volvió a fallar en el tiro, esta vez en un encuentro con los ex trabajadores de Bonpunt. Habían sido llamados a una reunión con el parlamentario Daniel Castilla, como se cuenta en este número de RONDA SEMANAL, porque supuestamente éste estaba interesado en conocer su situación. La reunión, extrañamente, se producía horas antes de que el Consejo de Gobierno diera a conocer la solución a este asunto; en ella no sólo estaba Castilla, sino que los dos representantes sindicales que acudieron se encontraron con la plana del PP rondeño. Y cuando los ex trabajadores vinieron a plantear que lo único que demandaban del PP es su apoyo al proceso de pagos que la Junta aprobaría horas después, la única propuesta de Castilla fue plantear una supuesta hoja de ruta. El ridículo fue supino ante un asunto resuelto, del que Castillo demostró saber poco, según los ex trabajadores. Pero fue mayor el ridículo cuando en la reunión quien comenzó hablando fue Mari Paz Fernández, quien apenas dio tiempo a sentarse a los invitados para reprocharles enseguida ciertas declaraciones en medios de comunicación en las que éstos habían lamentado la falta de apoyo municipal en todo el tiempo de lucha.
Vuelve a ser lamentable que la política sencilla y fácil del Partido Popular sen Ronda e quede en meros gestos; en meras declaraciones de intenciones; en vacías fotografías que, por todos sitios, no dejan de vender una gestión más cargada de humo que de realidades. Es por ello que reclamamos a nuestros responsables municipales, tras que se haya sabido que sólo los concejales del equipo de Gobierno cuestan más de 300.000 euros al año, que se preocupen realmente por las cosas. Porque a una reunión se acude con datos, si no con soluciones; una reunión siempre se prepara; una reunión se organiza para buscar soluciones reales a problemas reales, y no para buscar un titular o un rápido rédito político. Más parece que algunos de nuestros munícipes andan jugando a las casitas que gobernando realmente una ciudad. Y entretanto continúe este juego, los ciudadanos se sentirán más y más desamparados; más y más desatendidos. Y al final, ocurrirán cosas como lo que vimos esta semana en el pleno.

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