Los últimos siete fallecidos en el naufragio de una patera el pasado jueves en el mar de Alborán, de los que dos eran mujeres, un menor de 16 años, dos de unos 18 y otros dos que rondaban los 30 años, han recibido sepultura en el cementerio municipal de Motril (Granada) este sábado a las 17,00 horas, un acto de despedida al que han acudido unas 200 personas.
Sus cuerpos y los de otros siete inmigrantes de origen subsahariano, que fueron enterrados este viernes en el municipio granadino, fueron rescatados a 18 millas de la ciudad marroquí de Alhucemas, por la embarcación de Salvamento Marítimo con sede en Motril. En la expedición viajaban 71 personas de las que sólo 17 han salvado la vida. Los otros 40 desaparecidos ya se dan por muertos por el tiempo que llevan perdidos en el mar.
La alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro (PP), acompañada por buena parte del equipo de gobierno de la localidad granadina, han acudido al sepelio, donde ha destacado que el pueblo de Motril ha demostrado que "es solidario" y "se vuelca con estas tragedias" ya que ha reunido "a centenares de motrileños que han acudido a dar su último adiós a las víctimas".
García Chamorro, además, ha mostrado la "solidaridad y consternación" que ha provocado esta tragedia en el mar. La alcaldesa recuerda que tanto las víctimas mortales recuperadas como las que hay desaparecidas, "han perdido la vida por buscar un futuro mejor".
De la misma manera, la primera edil motrileña ha afirmado que el Ayuntamiento de Motril "va a correr con todos los gastos del enterramiento de estas 14 personas", toda vez que el gobierno de Marruecos rechazó hacerse cargo de los supervivientes y de los fallecidos.
García ha indicado que se solicitó a la Subdelegación del Gobierno la autorización para que si había familiares de los fallecidos entre los supervivientes acudieran al sepelio de este sábado, pero como no se ha podido identificar a los que salvaron la vida no ha sido posible "y a las 15,00 horas han partido en un autobús para el Centro de Internamiento de Algeciras (Cádiz)".
A su llegada al cementerio motrileño, los ataúdes fueron trasladados por personal de Ayuntamiento, miembros del servicio fúnebre y concejales del Consistorio a la capilla del camposanto. Los féretros han tenido que ser colocados sobre los bancos del templo debido a sus pequeñas dimensiones.
El sacerdote que ha oficiado la homilía, Ignacio Peláez, afirmó que se despiden a "estas personas desconocidas pero conocidos y queridos por Dios". Peláez resaltó que estas tragedias "no deberían ocurrir" y que las personas no se pueden "acostumbrar a este tipo de sucesos". El cura declaró durante el responso que estas tragedias "no deberías ocurrir en un mundo humano" por lo que pidió "responsabilidad" a todas las personas para que sean "más solidarios" para que nadie se vea "abocado a abandonar su país para buscar un futuro mejor".
Asimismo, al entierro acudieron representantes de diversas organizaciones como Manos Unidas, Cruz Roja, Cáritas Interparroquial, así como asociaciones de inmigrantes de la comarca y representantes de la cofradía de pescadores, puesto que la tragedia tuvo lugar en el mar.
Los nichos estarán cubiertos con una lápida donde figurará la fecha del fallecimiento y una numeración que se corresponde con las deligencias previas que inició un juzgado de Motril, con el levantamiento del cadáver y la posterior autopsia. El informe del forense incluye huellas dactilares y fotografías de objetos personales, así como muestras biológicas, de cara a una posible identificación en caso de que sus familiares reclamaran su reconocimiento.