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El Puerto

Las dos caras de Todos los Santos

Los centros bilingües de la ciudad aprovechan esta festividad para organizar actividades lúdicas y didácticas para los alumnos

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  • Halloween -

Existen muchas maneras de celebrar el Día de Todos los Santos, y, en El Puerto, se pueden observar las diferentes manifestaciones que se producen de esta fiesta. Aunque no se debe olvidar el carácter de recuerdo para los que ya no están, esta fiesta se convierte también en motivo de diversión y disfrute para los más pequeños de la casa.

La extendida globalización ha producido que, a medida que han ido avanzando los tiempos, se hayan generalizado algunas costumbres que son más propias de las culturas anglosajonas. Nos referimos a la fiesta de Halloween que, cada vez más, se aprecia de manera visible en los hogares portuenses. “Conozco a gente que es verdadera obsesión por esta fiesta, especialmente aquellos que tienen casas con un pequeño jardín. Decoran puertas y ventanas e, incluso, crean un pequeño cementerio”, cuenta Jesús, comerciante de artículos de Halloween.

Esta costumbre en la que las calabazas, los vampiros, la sangre y todos los elementos más terroríficos del mundo de los espíritus se perciben cada vez más en nuestra sociedad, extrapolándose, incluso, a algunos ámbitos de nuestro día a día. “Desde que el colegio es bilingüe, hace unos cinco o seis años, se intensifican más todas las actividades relacionadas con Halloween”, explica el jefe de estudios del CEIP La Gaviota de la ciudad. En este sentido, se recortan y colorean calabazas, se explica el significado y de dónde procede el término ‘Halloween’ e incluso, desde del AMPA organizan un pequeño espacio de entretenimiento para los más pequeños. “Este año hemos organizado un pequeño laberinto, que decoramos con cosas terroríficas como vampiros o murciélagos, y en el que también damos algún que otro susto”, explica una de las madres del AMPA.

No obstante, y aunque la fiesta de Halloweenn es un acontecimiento generalizado entre los niños de nuestra sociedad y a la que están acostumbrados, debido quizá a la cercanía con la base de Rota, los centros educativos de la localidad tampoco olvidan las costumbres más arraigadas en nuestra cultura. “Se suele hacer siempre algo relacionado con el otoño, con los frutos secos, y esto también da pie a trabajar bastante con las formas y los colores típicos de esta estación”, cuentan desde el Colegio Público José Luis Poullet.

Otro de los imprescindibles para aquellos que han celebrado la festividad de Halloween es el disfraz, aunque, cada vez más, se mira por la economía de nuestros bolsillos. “Ahora, y tal y como está la cosa se cambian algunos hábitos, si antes nos disfrazábamos más, ahora optamos por el maquillaje”, afirma Jesús.

Por ese motivo, el látex se ha convertido en el producto estrella de las últimas fiestas de Halloween. “Vienen buscando este producto porque da mucho juego, te puedes deformar  la cara, ponerte verrugas, después te haces un buen maquillaje y listo”, apunta Jesús. Y es que, según comenta, Internet aporta gran cantidad de ideas que permiten agudizar el ingenio, sin gastar mucho dinero.

Tampoco puede faltar en esta fiesta la sangre, que se convierte en otro de los indispensables para estar terroríficamente perfecto. Además, la innovación está permitiendo que el realismo sea cada vez mayor. “Hay unas cápsulas que están rellenas de una especie de polvos que, al morderlas, te generan más saliva y tiñen ésta, a su vez, de rojo”, puntualiza Jesús.

La invasión y la generalización de la fiesta de Halloween es innegable. Prueba de ello son todos los acontecimientos que han organizado diversos establecimientos de la ciudad para una de las citas más siniestras del año. En este sentido, el Hotel Monasterio ha organizado una cena en la que el menú tenía unos curiosos nombres que recordaban más a las películas de vampiros que a las comidas tradicionales a las que estamos acostumbrados.

El ocio para los más jóvenes también ha estado asegurado con las diversas actividades que han preparado las salas más conocidas de El Puerto de Santa María.

Tradiciones que no mueren

Hay tradiciones que, a pesar de que pase el tiempo, no mueren. Tradiciones que perduran, que se van pasando de generación en generación y que, además, son ocasiones para disfrutar en familia, para recordar a los que no están, momentos y que, sobre todo, se han vivido durante estos días.

Pese a que muchos puedan pensar que son costumbres anticuadas o pasadas de moda, lo cierto es que decenas de portuenses siguen acudiendo, año tras año, al cementerio para acordarse de aquellos que no están. Es una tradición que suele vivirse en familia y que, aunque no lo parezca, acarrea cierto trabajo. Es habitual ver a la población acarreando cubos de agua, cepillos y trapos para adecentar las tumbas de los que allí descansan. Pintar también es una actuación habitual.
Pero, en estas circunstancias, hay de todo. Están aquellos que, según comentan, van puntualmente y, los menos, que acuden al cementerio, periódicamente para estar con los que ya no están.

Las flores también es una tradición que perdura. Este año, con más cargas para aquellos que las venden puesto que, además de tener que asumir el IVA, han bajado los precios para ajustarse a las economías familiares. “No hay otra solución si queremos vender algo”, explica Manoli.
Claveles rojos y blancos, nardos o crisantemos son las flores más demandas para rendir tributo a nuestros familiares y amigos más allegados. Un artículo que se ha convertido en un lujo para muchos pero que, pese a las circunstancias, se siguen permitiendo los portuenses. “Las ventas no han bajado mucho, creo que prácticamente se han quedado igual que el año pasado”, cuenta una florista.

Un bonito detalle que sigue llenando de vida y colorido el campo santo de El Puerto para recordar a los que ya no están, pero que siguen formando parte de nuestros recuerdos y que se mantienen vivos gracias a ellos.

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