El Real Madrid cumplió con el trámite y sumó en Sevilla su novena victoria consecutiva que le mantiene como único equipo invicto de la Liga Endesa, aunque el juego desplegado no pasó de mediocre ante un Cajasol que le puso siempre ganas pero que sigue hundido en la tabla con un solo triunfo.
Sorprendente fue el arranque con un Real Madrid que tardó en meter su primera canasta casi cinco minutos y que la segunda la logró a falta de poco más de uno para que acabara el cuarto.
El equipo de dirige Pablo Laso, quizá algo cansado por jugar el pasado viernes ante el Khimki ruso en la Euroliga, estuvo desconocido en el primer cuarto, en el que se le vinieron abajo las estadísticas con las que se presentó en Sevilla y que le señalan como el mejor ataque, el que más asistencias da, el mejor en triples o el mejor en tapones.
El Cajasol, por su parte, acudió a la cita con las buenas vibraciones que le dejó el pasado miércoles ganar en la cancha del Orleans francés en la Eurocopa y con la intención de trasladarlas a la competición doméstica, en la que navega a la deriva.
Un 14-6 con el que acabó el cuarto dejó claro lo que se vio en la cancha, pero la máquina madridista, con su gran fondo de banquillo, empezó a funcionar en el segundo parcial, comenzó a darle otro ritmo al juego, a alternar los recursos desde el interior con los del exterior y apretar en la defensa para paulatinamente comerle el terrero al rival.
Al descanso, el Real Madrid no solo contrarrestó los ocho puntos de desventaja sino que se retiró a los vestuarios con tres a su favor (34-37) tras un parcial en este segundo cuarto de 20-31 en el que tuvo mucho que ver la actuación de Rudy Fernández.
En la reanudación del partido se cumplió el guión más lógico, el equipo hispalense logró un solo punto en ocho minutos y medio ante la fuerte defensa rival y los visitantes solo tuvieron que ser constantes para ampliar la ventaja hasta lograr una máxima de dieciséis puntos (37-53) y dejarla en trece (44-57) a la conclusión del tercer parcial.
El Cajasol, con Brian Asbury como líder, luchó en la última fase del choque para, al menos, no salir humillado ante sus aficionados e intentó que el partido quedara medianamente abierto (56-65, m.36) y que, incluso, se pusiera interesante a falta de dos minutos con un 61-67, pero de ahí no se pasó (63-71).