La Asociación Casa del Pumarejo ha decidido, después de ocho años de espera para la rehabilitación de la casa-palacio y ante las “promesas incumplidas del Ayuntamiento”, ponerse manos a la obra e iniciar una campaña para recaudar fondos y acometer ‘motu proprio’ la restauración del inmueble declarado Monumento en 2003.
Bajo el lema Lo hacemos nosotras; lo hacemos entre todas, la asociación presentó ayer una campaña internacional de recaudación social de fondos a través de microfinanciación o crowdfounding con la que se persigue sufragar la restauración del palacio, para el que hay redactado un proyecto de obras presupuestado en 5,6 millones de euros desde hace cinco años.
Según lo explicado desde la asociación, la campaña propone una rehabilitación integral por fases (para evitar así el desalojo total del edificio tal y cómo pretende el Ayuntamiento), costeada por las microaportaciones de los ciudadanos y con la colaboración y supervisión de juristas, arquitectos, antropólogos y aparejadores con tal de preservar la declaración de la casa como Monumento. Así, se seguirá el mismo proyecto de obras aprobado por la Gerencia de Urbanismo en 2007 y se contará con los recursos humanos y técnicos propios, proporcionando trabajo a los vecinos de la zona.
Este modelo basado “en la solidaridad y en el concepto de comunidad” está previsto que se realice en varias fases. Con la primera de ellas, presupuestada en 100.000 euros, se realizarán trabajos de bajo coste. El comienzo es inmediato y arrancará una vez que la asociación y los vecinos reúnan las aportaciones necesarias para realizar las primeras intervenciones, aunque las miras están puestas en la rehabilitación integral.
Por otro lado, y frente a la negativa del Consistorio para exponer la iniciativa, el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía ha concedido a la asociación una reunión la próxima semana para conocer la situación del edificio.
Piden a la Junta que actúe ante la clausura
La Asociación Casa Pumarejo reclamará a la Junta que intervenga ante la “clausura” promovida por el Consistorio, ya que el cierre del edificio afectaría a sus “valores inmateriales”.