La campaña que está realizando el conjunto bético una vez ya superado el primer tercio de Liga comienza a tener visos de ser algo más que a tener en cuenta. Si bien la planificación para afrontar el nuevo curso futbolístico no estaba destinada a cubrir la búsqueda del objetivo europeo; la realidad de los puntos y del día a día están marcando un camino inesperado.
Números que no mienten. A 4 de diciembre de 2012, el Betis tras una nueva demostración de efectividad poco usual en equipos fuera de Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, los verdiblancos ocupan el cuarto puesto, que de terminar el campeonato hoy mismo (¿por qué no? pensará la afición bética) el grupo de jugador entrenados por Pepe Mel, disputaría la fase previa de la máxima competición continental a nivel de clubes que existe.
La suerte de soñar es gratuita y el juego siempre está unido al azar de manera inherente. Los de Heliópolis están batiendo registros importantes y en algunos casos, rozando cifras históricas que sólo aquel bloque que manejaba Lorenzo Serra Ferrer a finales de los ‘90, supera las actuales en cuanto a puntuación a estas alturas de la película.
Y como si de una ruleta de la fortuna se tratara, el Betis está apostando al número 4 como su guarismo preferido. Al ya mencionado cardinal que ostenta en el torneo doméstico, si hay en estos momentos una figura que se alza por encima del resto en proyección y estado de forma; ese es Rubén Castro. El delantero canario ya suma el montante de ocho tantos en 14 jornadas jugadas, lo que le sitúa como el cuarto mejor goleador liguero, empatado con Aduriz en dicha plaza y únicamenta superado por los ‘monstruos’ Messi, Cristiano Ronaldo y Falcao.
En suma, la referencia colectiva en el capítulo de goles caminan paralelamenten hacia la posición del cuatro ya marcado en el cartón mejor pagado del club verdiblanco. Pues reiterando en la extraordinaria pegada de la que está haciendo alarde el cuadro bético, las 23 dianas acumuladas chocan con los 24 tantos encajados; lo que resulta ciertamente inexplicable en condiciones normales. Algo que vislumbra el escaso rasante que plantea el personal. Lo que deja a las claras que con poquito, viajar por Europa está más barato que nunca.