“Al menos 52 civiles han muerto en ataques registrados anoche en el sector de Suranthapuram.
Estamos pendientes de saber más detalles”, aseguró a Efe por teléfono el portavoz de la ONU en Sri Lanka, Gordon Weiss.
Weiss denunció además un ataque con bombas de racimo contra el hospital de Puthukudiyirippu, que ha sido objeto de bombardeos desde el pasado domingo y está cerca de varias áreas de combate entre el Ejército y el LTTE (Tigres para la Liberación de la Patria Tamil).
Por el momento se desconoce si ha habido víctimas en este último ataque, en tanto que en los registrados hasta el pasado lunes, según datos de la Cruz Roja, al menos doce civiles han muerto y otros 30 han resultado heridos y las bombas han dañado las cocinas, la iglesia, el pabellón femenino e infantil y la sala de operaciones.
“Creemos que los civiles han empezado a abandonar el centro a la búsqueda de un lugar seguro. Estamos a la espera de conocer si hay más muertos en este último ataque”, aseguró a Efe por teléfono la portavoz de la Cruz Roja, Sarasi Wijeratne.
Aunque todas las miradas apuntan al Ejército como responsable, un portavoz militar negó a Efe que los ataques contra el hospital hayan sido obra de la aviación ceilanesa, en línea con la versión oficial del Gobierno, que dice no actuar contra objetivos civiles.
“Nunca hemos usado ni tenemos bombas de racimo. Sabemos que viola normas internacionales –dijo a Efe el portavoz Udaya Nanayakkara–. Respecto a Suranthapuram, hay combates contra la guerrilla (...)”.