El Baloncesto Fuenlabrada se impuso ante el Cajasol en un encuentro en el que ambos equipos llegaban con la necesidad de sumar una nueva victoria para salir de la zona baja y en donde mostraron los motivos por los que están en esta situación.
Los dos equipos llegaban al encuentro con solo tres victorias en su haber, por lo que necesitaban la victoria para coger aire, y más ante un rival directo, al que mantenía en una situación comprometida. Incluso en las filas del equipo local se había definido el partido como decisivo.
El encuentro comenzó como es habitual en el Fernando Martín, con el equipo visitante arriba, aunque el Fuenlabrada respondió con un 8-0 de parcial que sirvió para colocarse arriba en el marcador (8-4), situación que mantuvo hasta el final.
Ambos equipos volvieron a exponer por qué se encuentran abajo en la tabla. El Fuenlabrada demostró su capacidad para realizar un gran baloncesto, aunque también son habituales sus lapsus de juego que les impide despegar en el marcador, y sobre todo rematar las victorias.
Incluso ha llegado a una situación en la que siente presión al jugar ante su afición, siempre le apoyan y no están respondiendo como se espera.
Por su parte, el Cajasol no tuvo el juego coral esperado, se aferró a las aportaciones individuales, los puntos de Williams y Holland, y el juego interior de Triguero. Hoy no fue el día de Satoransky.
El Fuenlabrada siempre estuvo arriba, salvo los instantes iniciales, aunque nunca consiguió despegarse en el marcador.
Mezcló rachas de gran acierto con despistes en defensa, lo que permitió que el conjunto sevillano hiciera la goma, según la terminología ciclista. El descanso llegó con un 42-36 en el marcador pero nunca fue capaz de rematar el encuentro.
A la vuelta del vestuario, los locales lo volvieron a intentar con un nuevo arreón, sin éxito, con lo que el último cuarto comenzó con 60-56 en el marcador.
El Fuenlabrada llegó a tener una ventaja de doce puntos (70-58) aunque volvió a sentir el vértigo habitual esta temporada al verse arriba, para que con sus errores diera esperanzas al Cajasol. Encajó un 5-12 de parcial para situar un 75-70 en el marcador, a falta de dos minutos.
En esta ocasión hubo más temple, y aunque Satoransky apareció en escena, Mainoldi supo poner la tranquilidad necesaria entre los suyos para manejar los últimos instantes que se saldaron con victoria, aunque por solo cuatro puntos, 82-78, cuando la distancia pudo ser mayor.