Urbanismo, una cuestión peliaguda

La situación que el día de mañana va a sufrir la población militar de San Carlos, pone sobre la mesa un dilema de difícil solución a corto plazo. Lo primero que se pregunta es por qué el Ayuntamiento pinta sobre los planos zonas de expansión -teniendo en cuenta que en San Fernando expansión significa viviendas- en lugares que están sujetos a servidumbres militares o de medio ambiente. La otra pregunta es si aquellas zonas que necesita la ciudad y no se conceden por el diálogo y la constancia de que ese suelo es fundamental para el desarrollo socioeconómico, se podrían conseguir algún día si antes no hubiera una acción de “ocupación” de las mismas al menos administrativamente, e incluso poniendo los ladrillos sobre la mesa, como en algunos casos. No es pues raro que muchos piensen que si las dos partes se sentaran con ánimo de buscar un punto intermedio, se podría prever un desarrollo razonable hasta donde fuera razonable llegar. Y ahí empieza otro dilema.