Cáritas Parroquial ha concluido ya las obras de remodelación del espacio cedido por el Ayuntamiento de Moguer en el matadero municipal para la creación y puesta en marcha de un centro de acogida para personas que se encuentran en situación de precariedad o riesgo de exclusión social.
La actuación acometida en este centro, que llevará el nombre de San José, patrón de la localidad, ha permitido que esta nueva dotación municipal cuente con "tres duchas para uso de los inmigrantes que malviven en asentamientos ilegales, y con una sala de unos 20 metros cuadrados donde se les servirá el desayuno", según ha informado el Consistorio en una nota.
Este espacio, que también se utilizará como zona de espera o de descanso, se ha equipado con distintos electrodomésticos de cocina, así como con una lavadora y secadora para la limpieza de las toallas que utilicen los usuarios.
El centro de acogida 'San José' será inaugurado en breve cuando concluyan los trabajos de reposición del acerado que están realizando los operarios de la empresa municipal Emvisur.
Este nuevo servicio de atención social a los más desfavorecidos será atendido por voluntarios de las asociaciones de mujeres Zenobia y Eulalia Ruiz de Clavijo Aragón, y por miembros de distintas Hermandades de la localidad.
Así, para organizar el correcto uso de las duchas y garantizar que se beneficien de este programa el mayor número de personas posibles, Cáritas Parroquial repartirá tickets entre los ocupantes de las chabolas.
Las obras de acondicionamiento promovidas por esta asociación católica se han realizado gracias al donativo de los vecinos y vecinas de Moguer, así como de varias empresas, quienes han mostrado su solidaridad con los que más lo necesitan, a pesar de la difícil situación económica que se vive en muchos hogares. Apoyo municipal a Cáritas.
El pleno municipal del Ayuntamiento de Moguer aprobó en su día la cesión a Cáritas Parroquial del uso de unos 150 metros cuadrados del antiguo matadero para la creación de este centro de día. La cesión se realizó de manera gratuita y por espacio de diez años, aunque con posibilidad de prorrogarse hasta los 30, asumiendo esta asociación la responsabilidad de la adaptación del espacio a su nuevo uso, así como su conservación y mantenimiento.