El Viernes Santo ha mantenido el tono gris de toda la semana, dándose la circunstancia de que ha sido la única jornada donde ninguna cofradía ha podido completar su itinerario.
La Hermandad de las Viñas fue la primera en echarse a la calle, a eso de las cuatro de la tarde. La cofradía se vio sorprendida por una levísima lluvia -un fenómeno repetido una y otra vez durante toda la semana- cuando buscaba el centro de la ciudad, refugiándose de modo temporal en la parroquia de Fátima.
Una vez allí, y en vista de que los partes no eran favorables, se decidió regresar al barrio para evitar males mayores.
La Hermandad del Cristo de la Expiración era la siguiente que debía iniciar su recorrido hacia la Carrera Oficial. El chispeo que había sorprendido a los cofrades de Las Viñas coincidió con el tránsito de esta cofradía por la calle Sol. En este caso, se optó por continuar marcha hacia la Catedral, pero evitando llegar al palquillo de Cristina. El cortejo tomó de este modo por Corredera, Arenal, Consistorio, Asunción y José Luis Díez.
Posteriormente, la hermandad decidió poner rumbo a San Telmo, viéndose de nuevo sorprendida por la lluvia en la calle Barja y refugiándose de manera definitiva en San Miguel. El traslado de regreso a su templo se llevará a cabo este domingo a partir de las cinco de la tarde.
El Loreto y La Piedad optaron por no abrir siquiera sus respectivos templos. En este último caso se da la circunstancia de que son ya tres los años que de manera consecutiva la cofradía no iniciado siquiera la salida procesional.
Quedaba por conocerse la decisión de la Hermandad de la Soledad, que optó por salir a la calle y que, de hecho, fue la única que inició la Carrera Oficial. Unas gotas de agua aconsejaron a la cofradía volver sobre sus pasos cuando la cruz de guía se encontraba a la altura del centro comercial Los Cisnes y el paso de misterio en la Rotonda de los Casinos.
El cortejo tomó por Alameda del Banco y Tornería, subiendo Porvera con celeridad para evitar la lluvia.
