Tomar una tostada con aceite o aliñar una ensalada en un bar de la capital será más seguro a partir de enero de 2014, pues las aceiteras rellenables que se utilizan actualmente desaparecerán y con ello el riesgo de no saber qué tipo de aceite se consume realmente.
La prohibición de estas botellas llega desde Bruselas porque la Unión Europea ha decidido fulminar el uso de estos contenedores de aceite en lugares públicos.
Se trata de una vieja reivindicación del sector productor y hostelero de la ciudad, que aplaude la decisión porque ahora la garantía de calidad del aceite de oliva que llega al consumidor es mayor.
El presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurantes 'Asostel', Gabriel Archilla, ha valorado de forma “muy positiva” la resolución de la Unión Europea, manifestando que llevaban más de un año pidiendo la retirada de las aceiteras. Sin embargo, en los establecimientos hosteleros es lo habitual y aún no se han concretado fechas para iniciar una retirada paulatina antes de la fecha estimada por la Unión Europea. Lo que sí se permitirá son los envases de aceite monodosis, así como la degustación del aceite desde botellas, también las de pequeño tamaño, pero que no se puedan rellenar.
“Las aceiteras son rellenables con cualquier tipo de aceite y el consumidor no sabe qué está tomando. Ni siquiera si realmente es aceite de oliva”, valoró Archilla, que espera que el cambio no suponga un encarecimiento del producto. “Hay que buscar soluciones asumibles desde el punto de vista económico”, dijo. Y en esa situación se encuentran tras una primera reunión con productores, de la mano de la Diputación, que se ha involucrado ante el cambio.
El secretario de Agricultura de la Unión de Pequeños Agricultores de Jaén (UPA), Luis Miguel Martínez, asegura que con esta norma se plasma la reivindicación “de todo el sector productor” de aceite de oliva. En esta línea, apunta que “es inconcebible que al pedir un vino de una carta el consumidor reciba una botella abierta, y lo mismo ha de hacerse con el aceite de oliva, para garantizar su calidad, para saber que lo que se toma es lo que aparece en el etiquetado”.
En cuanto al posible encarecimiento del producto al que apuntan desde 'Asostel', Luis Miguel Martínez estima que “no será significativo para la hostelería”.