El ministro de Exteriores de irán, Alí Akbar Salehi, ha denunciado los bombardeos ejecutados por Israel contra Siria este fin de semana, al tiempo que ha advertido de que el Gobierno israelí "está jugando con fuego", según ha informado la cadena de televisión iraní Press TV.
Las declaraciones de Salehi han sido resaltadas poco después por el viceministro de Exteriores para Asuntos Árabes y Africanos, Hossein Amir Abdollahian, quien ha manifestado que Teherán "no permitirá a Israel ni a los enemigos debilitar el eje de resistencia".
En este sentido, ha destacado que Washington y Tel Aviv "quieren resolver sus intenciones estratégicas haciendo esfuerzos para dañar a Siria y al eje de resistencia" y ha puntualizado que ambos países "pretenden incluso extender la inseguridad a Irak".
La aviación Israel bombardeó el domingo varios objetivos militares en las inmediaciones de Damasco en el que fue el segundo ataque aéreo israelí contra el país en menos de 24 horas.
Los medios oficiales sirios informaron ese mismo día de un ataque israelí contra el complejo de investigación militar de Jamraya, en el noroeste de la capital del país. Este mismo lugar ya fue atacado el pasado mes de enero, también supuestamente por Israel.
Asimismo, el Ejército sirio ha apuntado que dicho ataque causó la muerte de decenas de soldados de élite y desperfectos en varias instalaciones militares de zonas fuertemente protegidas y estratégicas.
Este mismo lunes, el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Moallem, ha advertido de que el Derecho Internacional y la Carta de la ONU amparan a su país si quiere responder los ataques perpetrados por Israel en territorio sirio.
Así, ha denunciado la "criminal agresión israelí" del domingo, un acto que, a su juicio, "demuestra la naturaleza de los objetivos que vinculan a Israel con los grupos terroristas de Siria". En concreto, se ha referido a que Israel pretende desprestigiar a Siria a nivel internacional y evitar un cese de la violencia para fomentar así la inestabilidad.
Por su parte, Tzachi Hanegbi, parlamentario y hombre de confianza del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sostenido que los recientes ataques israelíes en Damasco no pretenden debilitar el Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, si no que iban destinados contra el partido-milicia chií libanés Hezbolá.
Israel ha mostrado en varias ocasiones su preocupación por la posible transferencia de armamento químico por parte del Gobierno sirio a Hezbolá y ha advertido de que actuará con todos los medios a su alcance para evitar dichas entregas.
Pocas horas antes de que se registrara el ataque israelí, el diario estadounidense 'The New York Times' informó citando fuentes estadounidenses de que la aviación de Israel tenía como objetivo un cargamento de misiles tierra-tierra Fateh-110 de fabricación iraní que iba dirigido a Hezbolá.
El jefe ajunto del Estado Mayor de Irán, el general Masoud Jazayeri, ha salido al paso de estas sospechas y ha negado que los ataques perpetrados por Israel estuvieran dirigidos contra un cargamento de armamento iraní destinado a Hezbolá, al tiempo que ha afirmado que estas informaciones forman parte de una "campaña psicológica" de los medios de comunicación occidentales e israelíes.