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La leptospirosis del ornitólogo se da por confirmada

José Luis Garzón Pérez formaba parte de un programa con varias organizaciones, incluso de Estados Unidos

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El ornitólogo algecireño José Luis Garzón Pérez, que se encuentra ingresado desde hace aproximadamente una semana en el hospital San Vicente de Paúl en Heredia (Costa Rica), continúa en estado grave, aunque según informaron fuentes cercanas a la familia, ya se habría confirmado el diagnóstico de leptospirosis que avanzaba este diario como posibilidad en su edición de ayer, y descartado casi por completo la opción del hantavirus.

Pablo Elizondo, jefe inmediato de José Luis en el proyecto que el algecireño estaba realizando en Costa Rica y que afirma estar actuando como portavoz de la familia, manifestó que, efectivamente José Luis se halla “en una situación delicada”, según un parte médico que se habría difundido durante el día de ayer. “Está en condiciones muy similares a días anteriores”.

Preguntado sobre el pronóstico y las posibilidades de recuperación de esta grave enfermedad, indicó que “se desconoce” y asevera que el tratamiento que ha recibido “ha sido el mismo” desde el primer momento, ya que este es similar al que se utiliza contra el hantavirus, que fue la primera posibilidad que se barajó.

El miembro del proyecto resaltó que José Luis sigue contando en Costa Rica con el apoyo de todos sus familiares, y que permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital San Vicente de Paúl. La embajada española se habría puesto ya en contacto para brindar a la familia su apoyo y asesoramiento en estos momentos.

Proyecto
Elizondo detalló que José Luis había llegado al país el pasado 4 de mayo y que forma parte de un programa para la conservación y observatorio de aves, con la participación de diferentes organizaciones y entidades, incluido un servicio forestal de Estados Unidos.

Acerca del modo en que pudo contagiarse, Elizondo apuntó la posibilidad de que el medio transmisor fuese un roedor que tendría el joven, de 28 años, como mascota, aunque se estudian otras posibles conexiones, dado que la incubación puede ser hasta de 30 días.

Elizondo detalló, además, que “entre el 17 y el 18 de mayo”, el joven ornitólogo comenzó a experimentar algunos síntomas de los que se percataron sus compañeros de proyecto, si bien no fue hasta el día 19 cuando se le trasladó a un centro médico.

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