Entre un 15 y un 20 por ciento de la población sufrirá una depresión a lo largo de su vida, una enfermedad que en 2011 ocasionó la muerte de 3.185 personas en España, a razón de 40 casos semanales. Según los últimos datos que maneja la Fundación de Ayuda contra la Depresión (ANAED), que acaba de abrir sus puertas en el edificio del Centro Cívico de La Granja, se prevé que en 2020 esta patología sea la segunda causa de origen de una discapacidad que cuesta al año al país hasta 7.000 millones de euros entre bajas por incapacidad laboral, absentismo, etc.
Ante esta delicada coyuntura, el coordinador general de ANAED, José Ramón Pagés, cree que ya es hora de que la salud mental salga del “cajón desastre” y de desestigmatizar una enfermedad cuyo primer requisito es que la persona que la padece “se deje ayudar”, ya que con un buen tratamiento podrá seguir adelante.
Para ello, esta asociación y el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Cádiz presentaron ayer en el Ayuntamiento, acompañados por la delegada de Bienestar Social, Isabel Paredes, la I Guía de la Depresión que han elaborado y que distribuirán en 670 farmacias de la provincia. En ella se detallan síntomas, tipos de depresión y, lo más importante, la necesidad de que los que la padecen se pongan en manos de profesionales.
Lejos de lo que pueda parecer, a la hora de hablar de causas, como explicó Conrado Montesinos, psiquiatra de ANAED, aunque el factor social, es decir, los problemas económicos y laborales que tanto acusa en estos momentos la sociedad debido a la crisis incide en el estado emocional de las personas, no son un factor preponderante a la hora de diagnosticar una depresión. “Está relacionado (por la crisis), pero no tanto como parece, porque hay que tener en cuenta que una cosa es estar triste y desanimado y otra padecer una depresión porque afortunadamente no siempre del dinero depende la felicidad”, manifiesta este profesional. Por ello, junto a este factor social, pueden confluir causas “conjuntas” de carácter personal (problemas conyugales, falta de motivación), interiores (depresión heredada o persona con tendencia a la depresión).
Presentar un estado de tristeza profunda durante dos semanas, apatía, desesperación, falta de ilusión...son algunos de los síntomas más claros de una depresión. Aunque también la padecen niños y ancianos, el perfil medio de una persona afectada por esta dolencia es una mujer de edad media avanzada, ya que, como indican los profesionales de ANAED, por cada dos casos de mujeres hay uno de hombres. “Ellas piden ayuda y se dejan ayudar más, mientras que ellos se ponen más al límite y no se someten a tratamiento”, señala este psiquiatra, lo que podría explicar las estadísticas de que de cada 100 fallecimientos, 78 son hombres y 22 mujeres.
Una patología que va a más en los niños
El psiquiatra de la Fundación de Ayuda contra la Depresión (ANAED), Conrado Montesinos, no ocultó su preocupación por la incidencia de la depresión en los niños y aseguró que esta patología es “casi tan frecuente” en este colectivo que en los adultos. “Se detecta poco, porque se presupone que la infancia es un mundo feliz, pero en él puede haber los mismos problemas que en la vida adulta, aunque sean de otro tipo”, señaló. A la hora de hablar de sintomatología, se refirió a enfados, irritabilidad, falta de rendimiento escolar, dolores estomacales, que si no se tratan a tiempo puede llegar al extremo del suicidio. “Hay casos de suicidios de siete años, las causas es un todo: la presión escolar, las familias desestructuradas; hoy en día el niño está muy solo y puede llegar a estar hasta cinco horas en un cuarto jugando a la Play porque así no molesta”. En ese momento, como indica, cuando el niño “se refugia en su mundo y entra en depresión”. Las edades en las que se manifiesta, como dijo, van desde los dos años en adelante. De hecho, existe la denominada “depresión del bebé”, que heredan de la madre “porque está deprimida”.