El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, se ha preguntado dónde está la seguridad jurídica por la que el alcalde hispalense, Juan Ignacio Zoido, dice apostar, después de que se haya presentado la nueva ordenanza de ruidos que permite que un agente de Policía Local sancione o clausure un local si "estima" que supera los umbrales marcados por la normativa, sin necesidad de contar con un sonómetro o ir acompañado de un funcionario de Medio Ambiente, una situación ante la que Espadas reclama "objetividad y mediciones".
A preguntas de los periodistas, Espadas ha advertido que el concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, se está "pertrechando de un texto que va a generar muchos problemas" y ha instado además a aumentar el grado de consenso para su desarrollo.
Así, indica que desde el sector de la hostelería se es partidario de medir porque "quieren objetivar el problema, porque si no queda a exclusivo criterio de la Policía Local o del inspector". "Ahora mismo hay quienes no tiene una buena opinión de estos, sintiéndose asediados y presionados sin un criterio lógico, claro y transparentes", sentencia, tras afirmar que la ordenanza de veladores y la de ruido "tenían que haber ido de la mano, ya que tienen un elemento central, teniendo en cuenta que el velador es un emisor acústico".
Por otra parte, indica que las justificaciones aportadas por Vílchez para presentar la norma no son las "mismas" de la plataforma que ha seguido la ordenanza, como es Por el Derecho al Descanso, "que en julio recurrió la ordenanza de veladores y ha tramitado una queja formal ante la UE".
"Me cuentan que el proyecto que había en la sede de la Gerencia de Urbanismo no es el que el gobierno quería aprobar pero era el que le ponían los funcionarios por delante a los responsables políticos. Como no eran el que querían, lo han encargado fuera", recalca.
Según detalla Espadas, "lo que dicen los que siguen este tema y conocían los borradores internos que se estaban manejando en Urbanismo es que el texto no se asumía por la dirección política de Urbanismo". Así, pide a Vílchez que "diga la verdad", como es que "no quería el texto que le dieron los funcionarios, esos a los que Zoido aprecia tanto, y ha decidido gastarse el dinero fuera para encargar uno".