La selección española de baloncesto venció en la noche de este sábado en el Coliseum a la alemana por una abultada ventaja (85-54) en una cita en la que el juego fue de menos a más, pero en la que los últimos instantes dejaron detalles para el recuerdo.
El inicio de partido fue el típico del principio de la preparación, con muchos errores y demasiado juego individual que, a pesar del superior rodaje de Alemania, le sirvió al equipo que dirige Juan Antonio Orenga para tomar cómodas ventajas que fue capaz de mantener durante los cuarenta minutos.
Sergio Llull abrió el marcador con un triple y su compañero del Real Madrid Sergio Rodríguez añadió otros dos tantos en la siguiente jugada tras un acertado robo y solo Robin Benzing parecía dar la cara en el equipo visitante, aunque un par de cambios y la entrada en pista de Alex King puso el último empate en el luminoso (7-7, min. 5).
A partir de ahí, el dominio local fue aplastante y aumentó cuando José Manuel Calderón y Ricky Rubio fueron capaces de imponer su ritmo hasta el final del primer cuarto, con el público entregado (17-9).
La tónica del segundo cuarto fue similar a la del anterior, con la diferencia de que al conjunto de Frnk Menz se le fueron acabando las ideas y se vio cada vez más lejos en el marcador, pues el nivel anotador en el rival no cesó y solo dos triples consecutivos de Heiko Schaffartzik sirvieron para que la ventaja no llegase a los veinte puntos antes del descanso (38-20).
Sin embargo, el rodillo de la selección española duró desde el 33-20 hasta el 49-20 del ecuador del tercer periodo.
Con casi treinta tantos de diferencia y un excepcional Sergio Llull, con ocho puntos casi consecutivos en dos triples y una canasta de dos, ya fue un auténtico paseo.
De la misma manera que en el partido de Castellón, según se fue acercando el final del encuentro mejoró el juego español y la afición se tuvo que poner varias veces en pie tras jugadas espectaculares, como un alley hop de Sergio Rodríguez y Rudy Fernández, antes del último acto (63-36).
Llegó el cuarto periodo con el conjunto de Orenga en su mejor momento y el juego de equipo que mejor funcionaba, las canastas llegaban desde todos los lados y los menos habituales eran capaces de anotar y unirse a la fiesta para hacer las delicias de la afición.
Así, llegó la conclusión de un nuevo encuentro en A Coruña con triunfo de la selección española.