El que fuera la luz que guió el juego cadista a finales de la pasada temporada, Jorge Luque, ya está preparado para volver a jugar.
El cordobés no lo va a tener fácil, visto el buen rendimiento que ofrecen Nafti y Martins, pese a ser una pareja con mucho menos carácter creativo. Sin embargo, la participación de Luque se antoja primordial para que el equipo amarillo tenga opciones de conseguir el objetivo del ascenso.
Desde que se lesionó en el tramo final de la temporada, Luque no ha podido tener la continuidad necesaria para estar en igualdad de oportunidades que sus compañeros. Pero esa situación ya es historia y Raúl Agné podrá contar con el centrocampista cuando así lo crea necesario. Ahora el dilema radica en qué posición situarlo, ya que lo natural sería hacerlo como uno de los integrantes del doble pivote, pero Agné solía adelantar su posición el curso pasado, algo que obligaría a mover más piezas arriba.
“La lesión ya está olvidada”, afirma el jugador de forma contundente mostrando su alegría por estar “entrenando con el grupo y las sensaciones son muy buenas”. “Hemos cambiado unas cosas de la alimentación, tengo más descanso durante el día y creo que las cosas van a ir bien”, explica el cordobés sobre su finalizado proceso de recuperación.
Una mala experiencia
Reconoce haberlo pasado bastante mal durante el tiempo que ha estado ausente por la sensación de “querer y no poder”, pero ya se centra en “buscar las cosas positivas, ojalá vaya todo bien”.
La experiencia de Luque le hace creer que “en las siete u ocho primeras jornadas puede verse lo que pasará de aquí hasta el final, hay equipos que empiezan como favoritos y lo terminan pasando mal como el año pasado y otros que dan la sorpresa y se meten arriba”.
“Hay que ir paso a paso y el siguiente es el Algeciras, tenemos que saber quiénes somos y a donde queremos llegar”, reflexiona Jorge Luque, que este jueves volverá a estar junto a todos sus compañeros en el trabajo de grupo, a partir de las 9.30 horas, a puerta cerrada, en El Rosal.