Un total de 21 personas han sido detenidas en una operación antidroga desarrollada principalmente en Cádiz y Portugal en la que han sido intervenidos 2.600 kilogramos de hachís.
Según ha informado en un comunicado el Instituto Armado, la operación 'Carisa', que ha implicado también registros domiciliarios en Málaga y ha sido desarrollada por la Guardia Civil, la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera, se inició en octubre de 2011 cuando se detectó una organización afincada en la desembocadura del Guadalquivir que se estaba dedicando a la introducción de alijos de hachís desde Marruecos, utilizando pequeños puertos deportivos como punto de botadura y partida de la embarcación que traería la droga.
El pasado día 31 de agosto, los agentes explotaron la operación con la interceptación de dos embarcaciones que regresaban de Marruecos y que habían estado controladas en todo momento por los investigadores.
Las embarcaciones y sus tripulantes fueron trasladados al muelle de Cádiz. Los agentes tuvieron que desmontar las cubiertas de ambas embarcaciones recreativas para poder acceder a la carga que ocultaban, transportando 500 kilogramos una embarcación y casi 400 kilos la otra, por lo que fueron detenidos sus tripulantes como presuntos autores de un delito contra la salud pública.
Estos arrestos desembocaron en la detención de todos los autores que componían esta organización delictiva, practicando detenciones y registros en diversos municipios de Cádiz, Málaga y Portugal.
Algunos de los detenidos, también habían sido investigados y detenidos por la Guardia Civil y la Agencia Tributaria durante la explotación de la Operación 'Flotador', en abril del pasado año, cuando fueron detenidas diez personas y se intervinieron 1.250 kilos de hachís, 300.000 euros en metálico, 43 vehículos y tres embarcaciones de recreo y se embargaron 48 bienes inmuebles.
MODUS OPERANDI
Los miembros de la organización presuntamente recogían la droga en aguas marroquíes ocultándola en dobles fondos de la embarcación, practicados en la estructura de las propias embarcaciones de recreo.
De esta forma, la organización lograba ocultar a la vista, tanto en tierra como en un posible reconocimiento aéreo, la droga transportada. Este sistema de ocultación requería que la organización tuviera una amplia estructura en la preparación de las embarcaciones para su salida a mar y para extraer la droga de los dobles fondos.
El resto de los componentes se quedaban en tierra realizando labores de contravigilancia para no ser detectados.
Una vez de vuelta y tras haber realizado el trayecto por aguas internacionales, la embarcación era sacada del agua y ocultada en naves industriales que los detenidos alquilaban en poblaciones distintas a las de sus localidades de residencia, con el fin de eludir el control de las fuerzas de seguridad.
En el mes de abril, se interceptó un alijo de 1.800 kilos de hachís cuando lo pretendían introducir por la localidad portuguesa de Lagos, deteniéndose a diez personas relacionadas con el mismo.