lega el parón liguero y con ello el momento en el que muchos futbolistas mueven fichas para ir dilucidando el futuro reciente de éstos. Es el caso de Juan Cala, a día de hoy el defensor que cuenta con más minutos de los centrales sevillistas.
El canterano, que quiere continuar en Nervión, ya ha hecho lo más difícil, convencer al dubitativo Emery de que puede funcionar en la zaga partiendo desde la titularidad. Así, sumado a las lesiones de Carriço, Fazio y Pareja, el lebrijano ha ido obteniendo un peso específico en los planes del técnico vasco, hasta tal punto que ya suma, entre Liga y Europa, ocho partidos disputados desde el inicio y sólo uno no lo completó, el de Anoeta tras ser expulsado a pocos minutos del final. Por tal motivo, Cala no participó en la victoria frente el Almería, pero su ausencia se notó ante el ‘partidito’ de Fazio, lento como siempre. El canterano volverá tras el parón y Fazio no será una seria competencia ante el nivel que viene desplegando el de Lebrija. Sólo la vuelta de Carriço podría moverlo del once.
Pero ahora la cuestión es otra más allá de lo deportivo. Con el peso adquirido en las últimas semanas Cala merece la renovación. Es de la casa y ello no es siempre una ventaja. Del club aún no sabe nada. Eso sí, sino renueva antes de enero será agente libre y equipos como el Eintrach, Friburgo o Celtic lo siguen de cerca.
Seis tarjetas amarillas
Un dato controvertido, es el jugador más tarjeteado de la Liga, pero no tan negativo para la afición. Se echaba en falta mayor dureza atrás y Cala nunca va a medias.
