Agentes de la Guardia Civil pertenecientes a los Puestos de Santa Olalla del Cala y de Zufre, en Huelva, desarrollaron el pasado día 12 un importante servicio humanitario de búsqueda y localización de un grupo de personas, en el que había varios niños, y que se hallaban perdidos en una zona escarpada de la Sierra de Huelva.
Los hechos sucedieron la tarde-noche y se tuvo conocimiento a través del Centro Operativo de Servicios 062, que informaba al Puesto de Santa Olalla del Cala de que varias personas adultas en compañía de algunos niños se hallaban perdidos en el monte y que ya se dirigía a la zona una patrulla del Puesto de Zufre, cuyos agentes habían contactado telefónicamente con estas personas, pero al estar cayendo la noche, esta circunstancia dificultaba su localización.
Dos guardias civiles del Puesto de Santa Olalla, uno libre de servicio y el otro de vacaciones, y que celebraban el día de la Patrona de la Guardia Civil, se dispusieron rápidamente para salir de patrulla, comunicándose a través del teléfono con los perdidos.
Informaron de que eran un grupo de nueve personas adultas de Sevilla y que habían venido al lugar a pasar una tarde en el monte, pero se habían perdido y que el cansancio empezaba a hacer mella, sobre todo en un grupo de ocho niños que les acompañaban, los cuales tenían entre cuatro y seis años. Además el frío que empezaba a arreciar con la caída de la noche estaba inquietándoles.
Los agentes de la Guardia Civil desplazados vieron en la lejanía una tenue luz que pertenecía a una pequeña linterna que portaba uno de los senderistas, llegando hasta el mismo, no sin dificultad. Este hombre les agradeció enormemente el auxilio y les informó de que el resto del grupo se había quedado atrás, ya que los niños estaban muy cansados y asustados.
Una vez que les localizaron, la alegría de estas personas fue manifiesta al ver llegar el vehículo de la Guardia Civil. Dos agentes se quedaron con el grupo, una vez reunido, mientras los compañeros montaban a los senderistas en los vehículos oficiales y les trasladaban en varios viajes hasta una casa que tenían alquilada en Santa Olalla.
