Representantes de las cooperativas del vino que han firmado el acuerdo de creación, en principio, de una comercializadora para vender en conjunto al menos, el 25% de la producción a granel de cada una de ellas (lo que puede suponer unos tres millones de litros) han considerado “necesaria” y “vital para la subsistencia del cultivo, principalmente, en el Condado de Huelva” el paso dado con la ayuda de la Fundación Caja Rural del Sur y de Agro-onuba (sociedad cooperativa andaluza de segundo grado) porque, como ha dejado patente el estudio realizado por una empresa consultora del desarrollo económico del sector entre los años 2005 a 2010, “la producción ha ido a la baja y las cooperativas no tienen el control sobre el precio del producto que ponen en el mercado”.
El presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, en sus palabras de bienvenida a la representación de las distintas cooperativas del vino y medios de comunicación que asistieron al acto, recordó que desde el año 1969 ha estado impulsando la constitución de cooperativas agrarias en la provincia de Huelva, que dio pie a la creación de FAECA, y también de Agro-onuba como cooperativa para prestarle como socios de la misma servicios en común a cada una de ellas.
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Por su parte el presidente de Agro-onuba (sociedad cooperativa andaluza de segundo grado que da servicios a veinticinco cooperativas de Huelva), José Luis García-Palacios Álvarez, explicó cómo se había desarrollado el proceso hasta alcanzar el acuerdo para la constitución de una comercializadora para vino a granel con una aportación mínima del 25% de la producción anual de las mismas: “Desde Agro-onuba ya habíamos detectado por nuestra relación con las propias cooperativas que se estaba produciendo una merma importante anual de la producción y también una reducción de compradores del vino a granel. Por ello, decidimos que una empresa externa especializada en este tipo de trabajos nos realizara un estudio de varios años atrás para ver la evolución y de la misma forma se estudiaran las fortalezas de cada una de las cooperativas del vino. De esta forma la consultora Ágora ha sido la encargada de estos dos estudios, tanto cómo se ha evolucionado la actividad y resultados del sector desde el año 2005 al 2010 y después también la realidad de cada una de las cooperativas”, con un dato bastante significativo que “en los últimos años se ha dado un descenso de un 25% en la producción, posiblemente porque el cultivo no resultaba rentable o porque muchos propietarios de viñas, con la limitación impuesta por Europa, han vendido sus derechos a otras agricultores de España”.
Mientras se ha realizado este trabajo que ha dado paso a la creación de la comercializadora, adelantó José Luis García-Palacios Alvarez que “ya se había iniciado, a través de Agro-onuba la gestión de compras en común, plataforma que permitirá una mejora en los márgenes económicos de cada una de las cooperativas” y agradeció el apoyo de la Fundación Caja Rural del Sur y el trabajo desde la cooperativa de segundo grado, Agro-onuba, de su gerente, Carmen Corral, e Isidoro Ruiz, además del trabajo de consultoría realizado por la empresa Ágora, en la persona de Sonia Fernández, quien en su turno de intervención destacó que a medida que ha ido conociendo a las cooperativas y sus dirigentes se había percatado “de un cambio de mentalidad, donde ha primado la búsqueda de los que les une y también que todos han sido generosos para que pudiera darse este acuerdo que en otras ocasiones se había intentado pero no se había logrado”.
Por parte de las Cooperativas, el presidente de Vinícola del Condado de Bollullos, José Espina Rosado, el “apoyo recibido por la Fundación Caja Rural y de Agro-onuba” mientras que el presidente de la Cooperativa Nuestra Señora de Guía de La Palma, Miguel Ángel Díaz, recordó que si hace cincuenta o sesenta años los agricultores dieron el paso de constituirse en cooperativas para poner en común su producción, como única forma de mantener el cultivo, ahora “toca la hora de dar un paso adelante, como es éste de la creación de la comercializadora porque es una iniciativa que puede salvar los muchos puestos de trabajo que el sector genera, tanto directa en indirectamente, en cada uno de los pueblos de la provincia con viñedos. Si no diéramos este paso –afirmó- el vino del Condado estaría en peligro en el futuro”.