Este viernes se cumplen 50 años del asesinato del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, abatido a tiros a las 12,30 (hora local) cuando circulaba en el coche presidencial por la Plaza Dealey, en Dallas.
Cincuenta años después, y tras muchos libros, películas y estudios sobre el magnicidio, la muerte y la vida de JFK sigue despertando un enorme interés. Programas especiales, publicaciones monográficas y actos en su memoria se suceden para recordar al hombre y al político.
Durante su mandato destacan hechos como la crisis de los misiles en Cuba; la fallida invasión de la Bahía de Cochinos, a la que Kennedy cedió tras haberse opuesto reiteradamente; el comienzo de la carrera por conquistar el espacio o el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, que Kennedy apoyó aunque no pudiera ver en vida aprobada la legislación sobre esta materia.
Pero seguramente lo que marcó un antes y un después en la manera de entender la política, fue la convocatoria al servicio público realizada durante su investidura en 1961, con la ya célebre frase; "No preguntes lo que puede hacer tu país por tí; pregunta lo que puede hacer tú por tu país".
En su faceta humana, Kennedy tuvo que soportar intensos dolores provocados por sus lesiones de espalda y sufría de osteoporosis y frecuentes cuadros de colitis, entre otras dolencias.
El apuesto presidente se vio envuelto también en rumores de romances, el más famoso, con la actriz Marylin Monroe, quien fue la encargada de cantar el celebérrimo 'Happy Birthday, Mister President' a JFK cuando éste cumplió 45 años el 19 de mayo de 1962.
Sobre este asunto, un libro de Christopher Andersen asegura que la actriz telefoneó a la mujer de Kennedy para hablar sobre la posible relación entre ambos y decirle que le había prometido que se iba a casar con ella. Además, afirma que Jackie pasaba por alto la existencia de todas las aventuras de su marido siempre que no la pusiera en evidencia públicamente.
UNA CIUDAD ESTIGMATIZADA
Durante estos 50 años sin JFK, los visitantes de todo el mundo han vagado a través de las áreas verdes de la Plaza Dealey, tomando fotos y señalando hacia la ventana del sexto piso del edificio donde Lee Harvey Oswald hizo los disparos que mataron al presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
Algunos lo consideran un lugar casi sagrado, un sitio para reflexionar sobre la tragedia. Para otros, es una oportunidad para conocer un nuevo chisme o una nueva información que apoye la teoría de la conspiración en el asesinato.
Pero para muchas de las personas que viven en Dallas, Dealey Plaza ha estado siempre asociada con la angustia y la vergüenza. "Su muerte cambió para siempre nuestra ciudad, así como el mundo", dijo el alcalde Mike Rawlings en un comunicado emitido antes del 50 aniversario del asesinato que se celebra este viernes.
"Queremos conmemorar este trágico día, recordando un gran presidente con el sentido de la dignidad y de la historia que se merece", resaltó.
Líderes de la ciudad han dicho que quieren demostrar que Dallas reconoce su papel en la tragedia y está dispuesta a honrar la vida y el legado de JFK, después de haber sido "la ciudad del odio" y estigmatizada por el resto del mundo como "la ciudad que mató a Kennedy".
EL TELEGRAMA DE LA VIUDA DE UN POLICÍA A JACQUELINE
Dallas ha preparado diversos actos de conmemoración de los cincuenta años del magnicidio. Este año, en el lugar donde pasó la caravana del mandatario y se escucharon los disparos el 22 de noviembre de 1963, habrá una ceremonia solemne, que incluirá breves declaraciones del alcalde y el tañer de las campanas de las iglesias.
Se espera que miles de personas acudan a la ceremonia oficial de la ciudad en memoria del presidente asesinado, aunque sólo 5.000 podrán verlo en Dealey Plaza. El resto deberá conformarse con seguir el evento a través de las pantallas de vídeo que se han instalado en todo el centro de la ciudad.
Ceremonias similares tendrán lugar en Boston, donde la Biblioteca y Museo JFK inaugurará una pequeña exhibición de artículos nunca expuestos antes del funeral de Estado que recibió Kennedy y albergará un homenaje musical cerrado al público.
Entre esas cosas nunca antes expuestas se encuentra un trozo de papel amarillento del telegrama que dos días después del asesinato de JFK recibió su viuda, Jacqueline, de otra viuda: la esposa de un policía de Dallas que había sido también víctima del asesino Lee Harvey Oswald ese día.
"Quiero agregar mi simpatía a la de la gente de todo el mundo", dice el telegrama firmado 'Sra. JD Tippit, Dallas'. "Mi pérdida personal en esta gran tragedia me prepara a simpatizar más profundamente con usted".
Además de los objetos y fotos del funeral de Kennedy, la exposición cuenta con un vídeo sobre los acontecimientos que lo rodearon. Estos eventos incluyen a la viuda de Kennedy arrodillándose y besando el ataúd de su marido cubierto por la bandera.
El vídeo refleja también el papel central que la televisión jugó en la presidencia de Kennedy. Muestra los debates donde el joven y guapo político eclipsó al candidato rival Richard Nixon, quien aparecía sudoroso, así como los tres días en los que muchos estadounidenses se detuvieron para ver la cobertura televisiva en directo de las pompas fúnebres. Era la primera vez que tantos norteamericanos habían participado en un duelo a través de la televisión.
También en Washington se recordará el triste aniversario. Allí, el presidente Barack Obama se reunirá en privado en la Casa Blanca con líderes y voluntarios del programa Cuerpo de Paz, creado por Kennedy.
Por lo que respecta a Dallas, la comisión convocada por Mike Rawlings, actual alcalde de la ciudad, para planear el evento, quería enfocarse "de una forma positiva en el legado del presidente Kennedy", según dijo Ron Kirk, ex alcalde y miembro de dicha comisión.
Se han emitido unos 5.000 boletos para la ceremonia gratuita en la Plaza Dealey, flanqueada por el edificio que alberga el Almacen de Libros de Texto de Texas donde el francotirador Lee Harvey Oswald se agazapó en el sexto piso en 1963. El evento de este viernes incluirá lecturas de discursos del presidente por parte del escritor David McCullough.
En atención al servicio militar prestado por Kennedy, el Orfeón Masculino de la Academia Naval estadounidense entonará 'The Battle Hymn of the Republic' (El himno de batalla de la república) y aviones de la Fuerza Aérea sobrevolarán el lugar. Se guardará un minuto de silencio a las 12,30, momento en que el presidente fue tiroteado.