A la espera. Así se encuentran José Antonio y Pepi, número uno en el registro de solicitantes de vivienda de la empresa municipal Suvipuerto, pero aún sin una solución a su situación. “Hace cuatro meses nos reunimos con el concejal de Vivienda, Antonio Jesús Ruiz, y nos dijo que estábamos en la primera posición, pedíamos una de cuatro dormitorios, pero nos dijeron que quizá fuera más fácil conseguir una de tres… a lo que dijimos que no nos importaba, ya que lo único que queríamos es que nuestra situación se arreglara”, explica el matrimonio. Y es que no sólo ellos se irían a vivir a esta vivienda, sino nueve personas más, entre ellas, cinco menores.
Esta historia comenzó en septiembre del pasado año, cuando José Antonio se quedó en paro. Desde entonces, y a pesar de aguantar unos meses en El Tejar con la ayuda de Bienestar Social, finalmente tuvieron que abandonar su residencia, ya que no le podían hacer frente al alquiler con los escasos recursos de los que disponía la familia.
Actualmente, los once miembros de la familia – el matrimonio, sus tres hijas, sus cuatro nietos y sus dos yernos –, residen en una vivienda en La Jara, gracias a la generosidad de un vecino amigo, aunque las condiciones no son las deseables, según explica la familia. “La casa tiene algunas ventanas rotas, hay bichos, ratas y a raíz de las humedades, mis nietas han tenido hasta bronquitis”, afirman.
Por su parte, desde Suvipuerto han informado de que se está trabajando para ampliar el parque de viviendas municipales, estando actualmente ocupadas la totalidad de las viviendas municipales que gestiona.
No obstante, y teniendo en cuenta la situación de esta familia “y valorando que la ampliación del parque es un proceso de duración indeterminada”, la empresa municipal ha informado que el pasado mes de septiembre se remitió un escrito a la empresa pública EPSA de la Junta de Andalucía, solicitando colaboración, y, en la medida de lo posible, que se informara o, en su caso, se procurara una vivienda, a lo que EPSA contestó que no disponía de ningún inmueble que respondiera a las necesidades del solicitante.
En este sentido, la familia ha establecido que no le importa “si la vivienda tiene dos, tres o cuatro dormitorios, sino que lo que esperamos es que se dé una solución, porque esto es un ‘sinvivir’ y lo único que queremos es ayuda”.
