El representante de Verdemar-Ecologistas en Acción Alfredo Valencia anunció ayer que su grupo va a pedir la dimisión del concejal linense Ángel Villar por lo que entienden como una “tala indiscriminada” de árboles en la plaza pública que es confluencia de las calles Guadalupe, Escorial y Compostela, y que se ha llevado a cabo con la intención de acabar con los gérmenes que afectaron a los niños que acudían a la zona ajardinada.
Desde Verdemar se lamentaron de que el concejal no haya puesto en práctica el principal consejo que le dio al abordar el problema en una reunión reciente en la que tomaron parte el propio edil, vecinos de la zona y técnicos de la organización ecologista. En aquella ocasión le aconsejaron atacar lo que entienden como el “verdadero problema”, los estorninos y sus excrementos, con medidas que los ahuyentasen, y no actuar sobre los árboles, que por sí solos no provocaban problemas a los niños.
Entre estas medidas estaban “el método barato, sencillo y efectivo”, relató Valencia, de “utilizar petardos” para ahuyentar a las aves, a la vez que utilizar a un experto en rapaces “para que apareciese con una de vez en cuando y les hiciese huir”. En el caso de que estas medidas no funcionasen, habían previsto la utilización de medidas “sonoras” o invertir dinero en hacer “entresacas” reduciendo las copas de los árboles para evitar que los pájaros sintiesen la sensación de protección necesaria para utilizarlas como dormideros.
En lugar de eso, relataba Valencia, “primero efectuaron una poda, y después una tala que ha dejado aquello prácticamente como un solar”. Resaltó que algunos de esos pinos tenían ya “entre 35 y 40 años”, y recalcó que era innecesario llegar a tal extremo.
Trabajos
Las tareas de talado de los árboles y su sustitución por otras especies "más adecuadas a dicho lugar, tales como naranjos y sus correspondientes alcorques", están llevándose a cabo por parte de la Diputación Provincial con el Plan Reactiva, junto con la adecuación de varias rotondas en la barriada de Los Junquillos. Esta medida se ha dado también en la creencia de que las infecciones cutáneas de los niños se dieron por distintas enfermedades que soportaban los árboles allí existentes.