Llegan los Reyes Magos y con ellos los regalos familiares, así que me gustaría que mis lectores tomaran este artículo como mi regalo de Reyes. Es posible que alguna persona de las que da sentido a esta prosa leyéndola cada semana, sea más de Papa Noel, en cuyo caso también puede darse por regalado, aunque con un poco de retraso.
Y como pienso que un regalo debe ser algo entrañable, algo que nos acerque al corazón del otro, qué mejor regalo que este poema que quiere ser un abrazo a todos. Puede que su calidad no sea sobresaliente, pero sí lo es mi afecto a las personas que cada viernes se asoman a mi opinión escrita, o simplemente se topan con ella en el periódico y la ojean.
Ahí va, con mi agradecimiento, el poema-regalo:
PERO CON TODOS
Tal como los gitanos de mi pueblo,
que cuando están alegres se rompen la camisa
para que el pecho estalle
sin tropiezos de seda o de colores,
así quisiera yo romper las ataduras de estos versos,
descincharlos de ritmo y de medida
y esparcir, alta y rubia, mi alegría,
esta luz que he ganado
y que no cumplirá su destino de luz
mientras no sea de todos,
mientras no lo comparta con vosotros.