La firma del protocolo de transferencia del Hospital San Carlos esta semana, si finalmente tiene lugar, puede comenzar a despejar las dudas sobre lo que será el futuro del centro, el futuro de la plantilla y el futuro de toda la zona norte de la ciudad.
El de la plantilla y como se ha formulado en este espacio en otras ocasiones, urge porque las personas no pueden estar en un estado de incertidumbre al albur de disquisiones políticas y prestar un buen servicio a la vez. Y el del centro porque lo que puede tener ahora San Fernando es parte de lo que se viene exigiendo desde hace muchos años, los mismos que permanece el mapa sanitario de la ciudad sin terminar.
Finalmente, el futuro de la zona es el gran olvidado en todo este proceso, pero no es menos importante porque de la puesta en marcha de al menos los servicios contemplados en la propuesta de convenio de la Junta de Andalucía el año pasado, por valor de 11 millones de euros, puede dar un vuelco positivo al comercio y a la vida en general de los alrededores del hospital , independientemente del dinero que se ahorren los usuarios que hasta ahora tienen que trasladarse a Cádiz para ser atendidos de determinadas patologías.
Salvo buen fin, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Defensa deben propiciar a partir de la firma que el proceso comience antes de que termine el complicado trámite administrativo de cesión patrimonial, al menos basado en el convenio de la Junta que cuenta con partida presupuestaria.
Eso supondría, además de la tranquilidad de todas las partes, el comienzo del pago de una deuda histórica del Ministerio de Defensa y de la Junta con San Fernando, contraída cuando las partes no fueron capaces de renovar el convenio que existía antes de 1999. Y además, serviría para que los políticos se callaran. Que no es poco.