A los alcaldes y a los servidores públicos, como a cualquier trabajador que cobre por su trabajo, no es obligatorio darles las gracias cuando hacen bien lo que tienen que hacer. Basta con que a final de mes cobren por su trabajo y que su trabajo, si es posible en estos tiempos, esté pagado conforme a lo que vale realmente.
Pero hay ocasiones en la que las gracias no sólo se deben dar como añadido al sueldo, sino que es de justicia si el trabajo que se ha hecho está por encima de lo normal o si se consiguen cosas excepcionales que mejoran la competitividad de la empresa. Y en el caso de los políticos, si mejoran su ciudad
En esta ocasión es justo reconocer el trabajo realizado por el alcalde de San Fernando, José Loaiza -y también por el presidente provincial de Partido Popular, Antonio Sanz- en el desenlace de la cesión del Hospital San Carlos a la Junta de Andalucía, pendiente de que finalice el procedimiento administrativo pero con la férrea voluntad de las partes de seguir adelante hasta el final.
Es verdad que hacer gestiones es el trabajo de un alcalde y el propio Loaiza lo decía en una entrevista con este periódico, pero conseguir que un ministerio cambie una decisión firme e incluso que tenga que hacer juegos malabares para salvar 300 puestos de trabajo y dotar de un hospital a la ciudad, no es sólo una gestión, sino un milagro si por medio están los ministerios de Defensa y Hacienda.
Y es que no hay que olvidar una cosa. Cuando Loaiza fue a Madrid a pelear por el hospital, el hospital estaba cerrado a cal y canto, con fecha topey listo para ser vendido al mejor postor. Que al final se haya conseguido una cesión inusual a la Junta ha sido obra de mucha más gente, pero la cerilla la encendió el alcalde de San Fernando. Así que esta vez, quien no quiera ver la justicia, vea al menos la cortesía.
