Otegi ofreció una rueda de prensa en San Sebastián, la primera en la que interviene como portavoz de la izquierda abertzale desde su salida de prisión el pasado agosto, en la que hizo público un análisis de las elecciones autonómicas del pasado 1 de marzo acompañado de dirigentes de distintas organizaciones como la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, su antecesor, Rafa Díez, o la ex parlamentaria de EHAK, Nekane Erauskin, entre otros.
El dirigente nacionalista anunció que en las próximas semanas la izquierda abertzale iniciará una “dinámica de contraste político” con todos los partidos “que creen en Euskal Herria” para intentar sumar fuerzas y trabajar “en común” para configurar dicha “estrategia independentista eficaz”.
El objetivo de la suma de fuerzas consistiría en propiciar “un proceso democrático en Euskal Herria” para acordar un nuevo marco en el que todos los proyectos puedan ser “no sólo defendibles, sino materializables”, y situar a los trabajadores en el centro de las políticas sociales y económicas de Euskadi.
Tras partir de la base de que las elecciones han sido “absolutamente antidemocráticas” por la ilegalización de D3M, Otegi dijo que la oferta de acuerdo lanzada por el PNV al PSE “a los cinco días” de los comicios, demuestra que el partido de Iñigo Urkullu “renuncia expresamente a construir un Estado para Euskal Herria” y se fija como objetivo “ser una fuerza regional dentro de las reglas del juego del Estado español”.